vitoria - Los problemas y conflictos asociados al consumo de drogas son cada vez más complejos. Dicen los expertos que cada semana, al menos una nueva droga sale al mercado. Camufladas en la composición química de productos vendidos mayoritariamente a través de Internet como medicamentos, euforizantes o suplementos alimenticios por ejemplo, hasta 81 nuevas sustancias psicoactivas no controladas ni reguladas fueron detectadas en la Unión Europea durante el año 2013. En 2012 fueron 73, pero es que en el año 2009 fueron de 24.
La velocidad con que algunas de esas nuevas sustancias han sustituido a otras y la diversidad de productos disponibles están poniendo en jaque a las autoridades europeas así como a los reguladores de los Estados miembro. Así lo reconocía Cecilia Malmström, excomisaria europea de Interior, cuando subrayaba que el Sistema de Alerta Rápida (SAR) de la UE “nuestra primera línea de defensa contra las drogas de nueva aparición, se ve sometido a presiones crecientes ante el rápido aumento del número y diversidad de sustancias”.
A falta de conocer los datos del pasado 2014, solo hasta el mes de abril ya se había dado la voz de alarma sobre cuatro nuevas sustancias relacionadas con intoxicaciones agudas e incluso muertes en los Estados miembros. En 2012, según el Informe sobre de las drogas en Europa, dos sustancias causaron una cuarentena de fallecimientos. La primera, 4-MA (un estimulante) era vendida como las anfetaminas en el mercado ilícito y su presencia también fue detectada en algunas muestras de éxtasis recogidas en Euskadi -en concreto en Araba- durante mayo del pasado año, mientras que la segunda, 5-IT (efectos estimulantes y alucinógenos), se vendía tanto en el mercado de los euforizantes legales como en el ilegal.
Con ‘uso legal’ Y es que, cada vez son más las nuevas drogas detectadas en el mercado que tienen uso legal como medicamentos. Entre los ejemplos, la pregabalina (indicada para aliviar el dolor neuropático, la epilepsia y la ansiedad generalizada), la tropicamida (utilizada en exploraciones oculares para dilatar la pupila), el carfentanilo (un opiáceo empleado para tranquilizar a los animales grandes), o el fenibut (un ansiolítico indicado en el tratamiento de la dependencia del alcohol en Rusia) que ha sido vendido a través de Internet como suplemento alimenticio.
Estos medicamentos pueden ser obtenidos de distintas formas, tal y como ilustraban los responsables del Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías. Los autorizados, por ejemplo, son desviados del mercado regulado y los no permitidos son importados. Además, agregaban esas voces expertas, los principios activos pueden ser comprados en países asiáticos -fundamentalmente en la gigante China-, ser transformados y envasados con posterioridad para ser vendidos directamente en el mercado de drogas ilegales, en ese otro mercado de euforizantes legales o a través de páginas web. Solo en 2013, fueron identificados 651 sitios web que vendían ese tipo de euforizantes.
De ahí que la propia Malsmtröm mostrara su preocupación sobre esta circunstancia ya que la estabilización en los consumos de algunas sustancias está siendo fuerte y constantemente contrarrestado por amenazas desconocidas y cambiantes en forma de drogas sintéticas, incluidos estimulantes, nuevas sustancias psicoactivas y medicamentos que tienen una presencia cada vez mayor en un mercado europeo de drogas en continua evolución.
“Me preocupa profundamente que las drogas que se consumen ahora puedan ser incluso más perjudiciales para la salud que en pasado. Hay indicios -apuntaba- de que el éxtasis y el cannabis que se venden en la calle son más potentes”, zanjaba. No en vano, las autoridades y los reguladores europeos llevan ya varios años llamando la atención sobre esas nuevas sustancias producidas con la intención de imitar los efectos de drogas controladas.
En abril del año pasado, el comité científico del Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías hizo una evaluación de riesgos de cuatro potentes y peligrosas sustancias: 25l-NBOMe, AH-7921, MDPV y metoxetamina que se venden como alternativa a las drogas que imitan y que pueden ser incluso más nocivas que estas: LSD (alucinógeno), morfina (opiáceo), cocaína (estimulante) y ketamina (fármaco con propiedades analgésicas y anestésicas) respectivamente. La aparición de este tipo de sustancias sintéticas con una mayor toxicidad constituye un motivo de preocupación, resumían los responsables del SAR.
Preocupación Estas sustancias pueden ser tóxicas a dosis muy bajas e incluso en pequeñas cantidades pueden utilizarse para obtener numerosas dosis individuales. “Debe ser motivo de grave preocupación la reciente aparición de nuevos opiáceos sintéticos y sustancias alucinógenas farmacológicamente tan activas. Apenas empezamos a vislumbrar las implicaciones futuras de estos cambios tanto para la salud pública como para el control de las drogas, pero parecen tener la capacidad de transformar la naturaleza de los problemas a los que nos enfrentamos”, zanjaba Wolfgang Götz, director del Observatorio.
En este sentido, desde Ai Laket!!, la asociación que testea la calidad de las sustancias que callejean por la geografía vasca recordaban que “el mercado de las drogas ilícitas no pasa controles sanitarios, por lo que mientras no cambie la situación de ilegalidad de algunas sustancias, su consumo acarrea riesgos como los timos y la adulteración, con el consiguiente riesgo de consumir sustancias no deseadas y, en algunos casos, sustancias más tóxicas que las propias drogas ilegalizadas deseadas”.