DONOSTIA. La detención se produjo hacia las dos y media de la tarde cuando, encapuchado y armado con una navaja, intentaba acceder a una entidad bancaria con la intención de robar.
La Ertzaintza y los empleados de la entidad se mantenían alerta desde las nueve y media de la mañana de ese día, en el que el varón se había acercado a otra oficina bancaria con la cara tapada y, al parecer, con el mismo objetivo de atracar. En ese primer intento, el hombre no llegó a acceder a la oficina y se alejó sin consumar el robo.
Desde esa hora la Policía vasca, informada del incidente, mantuvo un dispositivo de vigilancia con varias patrullas en alerta, que contaban con la descripción física del sospechoso.
En el momento del arresto, el hombre llevaba encima una navaja de seis centímetro de filo, un pasamontañas y una gorra, además de una bolsa para recoger el dinero.
Entre los testigos de esos dos incidentes, varios destacaron su forma peculiar de andar, condicionada al parecer por una discapacidad. Esa característica, junto a la forma de operar del atracador, armado con navaja y con la cabeza cubierta por gorra y pasamontañas, ha llevado a la Ertzaintza a imputarle otros dos asaltos similares registrados en el último año en sendas oficinas del mismo barrio donostiarra.
El primero de los robos ocurrió en agosto de 2013 y, en esa ocasión, logró un botín cercano a los 3.000 euros. El segundo asalto data de agosto de 2014, precisamente en la misma sucursal donde finalmente fue arrestado este martes, y en esa ocasión obtuvo poco más de 1.000 euros.
El detenido cuenta con tres ingresos en prisión entre los años 1992 y 2002, y por parte de la Ertzaintza otras cinco detenciones. Este jueves pasará a disposición del juzgado de guardia junto con el atestado policial y las evidencias del delito.