gasteiz - El año 2014 ha sido récord en emergencias. Por primera vez desde la II Guerra Mundial ha habido más de 50 millones de personas desplazadas, refugiados por conflictos. Es la primera vez que se han producido tres declaraciones simultáneas de emergencias, que es el nivel máximo. Han coincidido el tifón Haiyan en Filipinas, la crisis de Sudán del Sur y la centroafricana con el tema del ébola. “Las necesidades de este año están siendo mayores que nunca, con lo cual los gobiernos no tendrían que reducir sus presupuestos”, dice con conocimiento de causa Roberto Arranz, cooperante gasteiztarra de 35 años que lleva diez trabajando en el Equipo de Emergencias en la organización no gubernamental Acción contra el Hambre, que acaba de regresar de Sudán del Sur y todavía tiene en su retina la hambruna de los niños y niñas. “Solo con lo que cuesta construir un kilómetro de autopista en Gasteiz, Acción contra el Hambre podría tratar a unos 150.000 niños y niñas desnutridos, porque un tratamiento vale entre 40-60 euros, añade.

catástrofes humanitarias En Acción contra el Hambre trabajan en unos 45 países en África Asia y el 50% del personal está en el terreno y la otra mitad en la sede en Madrid. “Cuando hay una situación de Emergencias, como las tres últimas, somos los primeros que vamos al terreno para ver las necesidades y lanzar los programas precisos”, dice este Ingeniero de Aguas y Saneamientos, enganchado a la cooperación al desarrollo, pero consciente de que es un trabajo “que quema mucho. Es muy sacrificado. De vez en cuando hay que hacer un alto, porque si no resulta insoportable ver morir a personas por diarreas o por dolencias banales al no tener nada que darles”, añade Roberto que ha trabajado no solo en Sudán, sino también en Pakistán y en otros países en situaciones extremas, con catástrofes naturales y conflictos. “Por ahora sigo teniendo las mismas ganas que cuando empecé con 25 años, pero igual en un momento determinado tengo que decir basta y estar un tiempo en la sede”, dice, aunque reconoce que tras una semana de vacaciones ya estás añorando estar en el terreno apoyando solo a una pequeña parte de los 800 millones de personas que pasan hambre en el mundo. .