Gasteiz- Más de 5.000 titulados de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) están exentos de acreditar el EGA (C1 de euskera) para entrar a formar parte de la administración pública, en las pruebas para dar clases en la red concertada o en los euskaltegis. Además, otros 4.800 estudiantes que han cursado en euskera el 50% de Secundaria y Bachillerato han logrado el certificado del Gobierno Vasco que les exime de acreditar los títulos B1 (equivalente al PL1 para la Administración y Osakidetza) y un B2 (el PL2 o el PL1 en la Ertzaintza y la docencia). Este es el primer balance oficial del conocido como Decreto de exenciones de euskera que aprobó en 2012 el Gobierno de Patxi López, en medio de una tormenta política y académica.
Tras revisar el plan original -que pretendía otorgar las acreditaciones lingüísticas a los alumnos sin pasar por el examen correspondiente-, la norma salió adelante en el Parlamento Vasco con el rechazo de Aralar y EA. Pero la aplicación del decreto ha recaído en el Ejecutivo Urkullu, pese a las reservas mostradas por el PNV durante su tramitación. Aunque estaba en su mano derogar el decreto heredado de los socialistas, el Departamento de Educación decidió seguir adelante para dar respuesta a la necesidad de reconocimiento del nivel de euskera que adquiere el alumnado euskaldun, poniendo fin a su discriminación. Aun así, desde el Gabinete que dirige Cristina Uriarte recuerdan que "los certificados que otorgamos no son el título de EGA, el B1 o B2, eso únicamente se logra tras pasar los exámenes oficiales correspondientes". De hecho, la validez de este apaño lingüístico abanderado por el tándem PSE-EE y PP no traspasa las fronteras de la CAV.
Tal y como explica el vicerrector de Euskera de la UPV/EHU, Xabier Etxaniz, "Navarra no reconoce las exenciones por lo que los estudiantes de la universidad que tienen pensado presentarse a una OPE allí se sacan el EGA". El responsable del área de Euskera de la universidad vasca reconoce que "como alguien que debe velar por la calidad del euskera", el sistema de las exenciones no es santo de su devoción. Desde su punto de vista no contribuye al fortalecimiento y al "buen uso" del euskera. No obstante, reconoce que el decreto "equipara" a los estudiantes de castellano y euskera ya que "en las OPEs no se pide el nivel de castellano". En cualquier caso, dice, es una ley en vigor que la UPV/EHU debe aplicar. Y desde el curso pasado incluye en la certificación académica que se expide a los estudiantes que logran el título un apartado en el que se reconoce la exención de acreditar el C1 de euskera a aquellos estudiantes que cumplen los requisitos. El criterio general es haber cursado en euskera 144 créditos de la carrera, o 48 créditos y el trabajo fin de grado o máster en euskera. Según las estimaciones que maneja la UPV/EHU, unos 2.500 estudiantes tuvieron el certificado el curso pasado y otros 2.500 lo harán este curso. Por otro lado, todos los doctores que defendieron su tesis en euskera, los licenciados en Filología Vascas y Traducción e Interpretación están exentos de presentar el C2 (nivel de experto). Desde que entró en vigor la normativa (año 2012) hasta su sistematización por parte de la UPV/EHU (2013), 40 titulados que cumplían los requisitos solicitaron y obtuvieron la certificación ya que el decreto tiene efectos retroactivos para todos aquellos títulos logrados con posterioridad a 2008.
La acogida de este mecanismo ha sido más discreta en los ciclos preuniversitarios. Quizá se deba a que los certificados no son automáticos, como en la universidad, sino que es el propio alumno el que debe solicitarlo al Gobierno Vasco. La nueva aplicación que se ha creado al efecto ha comenzado a funcionar en setiembre. Antes eran los centros los que dispensaban los certificados sin mucho orden ni concierto. El curso 2012-2013, 16.000 estudiantes obtuvieron el graduado de ESO y 1.277 cuentan con la exención del B1, es decir el 8%. Y en el caso de Bachillerato, 11.600 estudiantes se sacaron el título y 3.493 la exención del B2, el 30%. En ambos casos, el porcentaje de estudiantes que han logrado la exención es notablemente inferior a la de alumnos que estudian en modelos euskaldunes.