vitoria - El Departamento de Salud del Gobierno Vasco apretará filas para tratar de poner freno al consumo excesivo de alcohol entre adolescentes, "un autentico problema de salud pública", describió ayer el consejero Jon Darpón. No en vano, tres de cada cuatro menores confiesan haber probado alguna bebida de graduación alta en algún momento. El objetivo es darle la vuelta al viejo adagio de Lo que tarde se aprende pronto se olvida e inculcar, desde edades tempranas, los beneficios de unos hábitos de vida saludables.

Para ello, en primer lugar, se trabajará para, como dijo el consejero, "acabar con el clima social de permisividad" hacia ese tipo de conductas. Esta circunstancia contribuiría a disminuir las conductas de riesgo, si bien el programa Menores y Alcohol contempla una batería de medidas que se desplegarán en el entorno comunitario, el ámbito educativo, el terreno de las adicciones, el de la atención sanitaria, la vertiente normativa y el campo de la sensibilización y difusión para atajar, por ejemplo, los botellones.

Para ir dando forma y puliendo las líneas estratégicas de este plan, además de un técnico del Departamento de Salud que se está dedicando en exclusiva a este programa, está previsto destinar en lo que queda de año 350.000 euros. Además, en el programa de ayudas de adicciones del Departamento -cuyo presupuesto supera el millón trescientos mil euros-, está previsto darle prioridad a programas de prevención comunitaria y tercer sector relacionados con menores y alcohol.

La proximidad del verano y del consiguiente calendario festivo que eclipsa las noches de pueblos y ciudades será un buen termómetro para dimensionar este ambicioso plan. Así, entre las acciones previstas figuran intervenciones para tratar de erradicar los consumos en vía pública que siguen produciéndose pese a ser una práctica prohibida. El consejero no precisó cuáles serían las medidas a aplicar, pero hasta la fecha se vienen empleando distintas fórmulas: retirada de botellas, apercibimiento y aviso a los padres, y sanciones económicas -para quien bebe, pero también para el adulto que compra la bebida a los menores- que en la mayoría de las ocasiones son sustituidas por trabajos en beneficio de la comunidad.

De entrada, los establecimientos hosteleros serán objeto de una vigilancia y control más exhaustivo por parte de la Administración Vasca -en colaboración con las tres diputaciones forales, los ayuntamientos de las tres capitales de la CAV y Eudel- ya que, entre los planes previstos se incluyen campañas de sensibilización y de información a los propietarios de estos locales sobre la regulación y las sanciones -de hasta 3.000 euros- contempladas por ley para aquellos que vendan alcohol a menores de edad.

También se pondrá en marcha en los centros de salud un cribado de alcohol para menores de edad, habrá un protocolo de tratamiento asistencial y también se hará seguimiento de los jóvenes que puedan encontrarse en situación de riesgo. Asimismo se intensificarán los protocolos de coordinación entre las distintas policías y servicios de emergencia y sanitarias en todo lo relacionado con el consumo de alcohol por parte de menores.

Todas las medidas contempladas en el programa Alcohol y Menores se orientan a conseguir la intensificación de la acción institucional, disminuir la cifra de menores que consumen alcohol, retrasar la edad de inicio, reducir los consumos de alto riesgo y su frecuencia entre adolescentes, y abordar los problemas asociados al abuso del alcohol.

La iniciación se produce en el período de entrada a la adolescencia y el salto se produce entre los 16 y 18 años, franja de edad en la que prácticamente el 80% bebe alcohol. Ocho de cada diez escolares alcanza la mayoría de edad habiendo probado el alcohol y la mitad de la población escolar entre 14 y 15 años consume estas bebidas.

Han aumentado los consumos de "tipo intensivo", como las borracheras, intoxicaciones etílicas, 'binge drinking' o consumo en atracón, en fin de semana, detallón Darpón.