"Sé que mi petición le puede resultar extraña, pero confío en que disciplinas como el arte y la medicina puedan complementarse en ocasiones como esta". El remitente del e-mail, un investigador de la Galería Nacional de Arte de Washington, no andaba descaminado. A José Ramón Gómez Echevarría, director médico de lepra del Sanatorio de Fontilles (Alicante), le sorprendió mucho que le pidieran sentar en su consulta a un personaje pintado por El Greco. "Estaban restaurando el cuadro San Martín y el mendigo y las heridas que tiene este en la pierna derecha quedaron más manifiestas. Sospecharon que podía tener un inicio de lepra y se pusieron en contacto conmigo para que les diera mi opinión. Me resultó muy chocante, pero quedé muy contento, la verdad", explica este galeno, media vida volcada en luchar contra esta enfermedad. "Trabajo desde hace 27 años en el mundo de la lepra y me hizo mucha ilusión que se acordasen de mí, más si cabe en un año tan importante como este, en el que se celebra el cuarto centenario de la muerte del pintor", subraya. Pasada la revisión médica, la obra se expone actualmente en el Museo de Santa Cruz de Toledo, al que ha sido cedida temporalmente, dada la efeméride.

A la inusual solicitud le siguieron otros correos electrónicos con fotografías de la obra al completo y de la pierna del mendigo. "Me empezaron a mandar una serie de imágenes y, después de mirarlas detalladamente, les dije que, en mi opinión, el mendigo no tenía lepra", adelanta este especialista. A falta de análisis y otras pruebas, ¿qué le hizo llegar a esta conclusión? "El mendigo tiene una serie de lesiones satélites en torno a la venda de la pierna derecha que parecen pústulas sanguinolentas. En las formas graves de lepra aparecen muchas manchas en la piel, nódulos, infiltraciones... Los enfermos muchas veces pierden las cejas y les salen bultos en las orejas. En las formas leves aparecen menos lesiones, pero siempre suele haber una afectación importante de los nervios, que, por lo general, provoca atrofias musculares. El mendigo tiene una masa muscular muy importante. Ni las manchitas de la pierna ni la figura me hacen sospechar para nada que este personaje pueda tener la enfermedad", concluye con sobrado conocimiento de causa, "después de haber trabajado bastantes años en zonas con mucha lepra, como la Amazonía brasileña".

Nacido en Gasteiz, Gómez Echevarría recaló en el Sanatorio de Fontilles, referente en lepra, en 1986. "Empecé a trabajar de voluntario. En aquel tiempo venía mucha gente del País Vasco. Entonces había bastante paro y me ofrecieron quedarme". Tras acumular experiencia en países azotados por la enfermedad, regresó y tomó las riendas del centro como director médico. Pese a su larga trayectoria y las numerosas consultas que recibe, ninguna le había causado tanto asombro como esta. "Muchos médicos nos movemos en América latina y África y a veces sí me mandan imágenes de pacientes vivos que tienen lesiones para ver si sospecho que puedan tener la enfermedad, pero, claro, de un cuadro de El Greco es mucho más chocante".

Ya no existe. De la lepra, dice el doctor Gómez Echevarría, "se sabe poco y todo al revés". De hecho, explica, "la población piensa que la lepra ya no existe, cuando se dan 250.000 casos nuevos al año en el mundo".

Es contagiosa. A diferencia de lo que se piensa, "la lepra es muy poco contagiosa. Hay que tener una predisposición para padecerla", aclara este especialista.

No se puede tratar. "La gente piensa que es una enfermedad histórica que no tiene tratamiento pero si se diagnostica pronto la lepra se controla muy bien".

25

Se dan de media de 15 a 25 casos de lepra al año en España". Aproximadamente un 70% son de gente que ha venido del exterior, fundamentalmente de Ecuador, Colombia, Brasil y África.

Obras que tratan la enfermedad

'El rey leproso Uzias' de Rembrandt

'La purificación del leproso' de Boticelli

'Job y su mujer' de Georges de Tour

Varios cuadros de Hans Burgkmair

'Óleo con enfermo' de Brueghel el Viejo

Hace siete años un médico diagnosticó un tumor en el rostro, a la postre benigno, al entonces secretario de Estado irlandés para Asuntos Exteriores, Conor Lenihan, con solo verle en la televisión durante un debate.

Un alemán que padecía una insuficiencia cardiaca inexplicable, fiebre, deficiencia visual y auditiva e inflamación del esófago, recaló en la consulta del doctor Schaefer, quien recordó un episodio de 'House' y concluyó que sufría, como en la serie, intoxicación de cobalto por una prótesis.