MADRID. El proceso editorial de crear un libro de texto "no es sencillo de sintetizar" por la cantidad de pasos que hay que seguir, explica a Efe el director editorial de Educativas de Santillana, Antonio Brandi.

Santillana, así como otras muchas editoriales de libros de texto, ya están trabajando porque, como asegura el presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele), José Moyano, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) supone revisar los contenidos de más de 150 materias y componer los de algunas asignaturas nuevas.

Para que un nuevo libro de texto llegue hasta el estudiante se suceden una serie de etapas en las que intervienen diferentes áreas y profesionales de una editorial.

Brandi detalla que primeramente se lleva a cabo un análisis del marco legislativo, tanto de la ley educativa como de los reales decretos sobre contenidos curriculares, órdenes ministeriales y decretos de las Administraciones educativas con sus respectivos desarrollos autonómicos.

En segundo lugar, se elabora lo que se puede denominar como un proyecto educativo editorial, que "sirve de marco para el desarrollo de los materiales en cada una de las áreas y asignaturas".

Se plantean los elementos y programas que se desarrollarán en cada material, libro o guías del profesor, y se definen las líneas de imagen que identificarán el proyecto: cubiertas, elementos de diseño, tipografías, cuerpos de letra o la maquetación del libro.

A continuación, se concreta el programa de contenidos del área y curso correspondiente del libro de texto en cuestión y, como último paso a dicha concreción, se define el índice de cada libro.

El director editorial de Educativas de Santillana destaca que el siguiente paso es el de la selección de los autores (especialistas del área y con experiencia didáctica) e ilustradores (elegidos en función de los objetivos y necesidades de cada área, sección y planteamiento didáctico).

Y una vez aprobados los contenidos desarrollados por los autores, "se revisan, ajustan y modifican por el equipo editorial, e incluso por revisores especialistas externos", según Brandi.

Los contenidos definitivos se "vuelcan" sobre las maquetas que se han establecido, con todos los parámetros y diseños definidos para el producto.

A partir de ahí comienza "una larga sucesión de diferentes pruebas" de cada unidad, en la que se revisan nuevamente los textos, las secciones y las actividades, se integran los distintos elementos iconográficos (dibujos, fotografías, esquemas, infografías) y se ajustan cada una de las páginas, entre otras cosas.

"Una vez terminado todo este largo proceso se sacan pruebas de ajuste del libro completo, se corrigen si es necesario y se preparan los archivos para la tirada definitiva en imprenta", ha especificado.

Finalmente, y contando con los departamentos de logística y almacenamiento, las editoriales proceden a enviar los libros a los centros educativos, "donde los profesores los valoran y, en su caso, lo prescriben", ha añadido.

Desde la entrada en vigor en 2006 de la Ley Orgánica de Educación (LOE) se ha eliminado la previa autorización del Ministerio como sucedía hasta entonces.

En ella se introdujo una disposición por la que se fija que "la supervisión de los libros de texto y otros materiales curriculares constituirá parte del proceso ordinario de inspección que ejerce la Administración educativa sobre la totalidad de elementos que integran el proceso de enseñanza y aprendizaje, que debe velar por el respeto a los principios y valores contenidos en la Constitución y a lo dispuesto en la presente Ley".