MADRID. Los últimos informes epidemiológicos oficiales, correspondientes a la primera semana del año, revelan un aumento de la incidencia de gripe en las últimas semanas en proporción similar a años previos. A pesar de encontrarnos en el comienzo de la epidemia de gripe anual habitual, existe una diferencia importante respecto a los dos años previos y es que en la epidemia actual predomina el virus A (H1N1), comúnmente conocido como gripe A que ocasionó la gripe de hace tres años y que tanta repercusión social ha tenido.

"La gripe A (H1n1), a diferencia de la gripe común, afecta a individuos más jóvenes y es potencialmente peligrosa en pacientes con enfermedades crónicas, sobretodo cardiorrespiratorias, como asma, EPOC o insuficiencia cardíaca y situaciones de inmunosupresión. La obesidad y el embarazo también suponen situaciones de mayor riesgo", explica el doctor José María García García, Coordinador del Area TIR (Tuberculosis e Infecciones Respiratorias) de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). "Además, la gripe A se asocia a un mayor riesgo de insuficiencia respiratoria y puede producir agravamiento de las enfermedades crónicas", añade.

Según los datos oficiales, la prevalencia global actual en España se sitúa ya en más de 90 casos por 100.000 habitantes, muy por encima del umbral epidémico europeo (establecido en 40 casos). Ante tal situación, os expertos consideran que las medidas de prevención y tratamiento deben extremarse para poder hacer frente a la epidemia que afecta a la mayoría de comunidades españolas. "A pesar que la época previa a las epidemias ya haya pasado, la población aún está a tiempo para recibir la vacuna antigripal. La vacunación es una de las medidas de prevención más recomendables para los grupos de riesgo y para la población en general", asegura el doctor García.

En relación al tratamiento, es el habitual de los cuadros de gripe. Así, es importante que las personas con síntomas gripales eviten el contacto con otras personas y que recurran a la atención de un profesional médico para la administración del tratamiento adecuado; la mayoría de los casos se resolverán con las medidas habituales y tratamiento domiciliario. En los casos que presenten manifestaciones clínicas graves, que requieran de ingreso hospitalario, debe iniciarse el tratamiento específico con osetalvimir una vez tomadas las muestras para estudio, sin esperar al resultado de estas ya que el tratamiento es más efectivo si se inicia en las primeras 48 horas del ingreso.

La afectación pulmonar que produce es la clásica de la gripe, aunque el virus A (H1N1) destaca por el desarrollo de cuadros de insuficiencia respiratoria que en determinados casos pueden agudizarse con neumonías y fallo respiratorio que puede precisar tratamiento en Unidades de Cuidados Intermedios o Intensivos. En este sentido, la gripe A está ocasionando un aumento de ingresos hospitalarios de pacientes con enfermedades crónicas, lo que conlleva importantes problemas de sobrecarga en los hospitales. "Con el objetivo de hacer frente a la demanda actual, desde SEPAR, parece recomendable estar atentos para reforzar los recursos hospitalarios de Neumología que cuentan con Unidades de Ventilación No Invasiva y las Unidades de Cuidados Intensivos", manifiesta el Dr. García.

A pesar que la pandemia anunciada tres años atrás no ha sido de la magnitud prevista, la situación sigue considerándose un problema importante a tener en cuenta en la salud pública. "Actualmente, nos parece adecuado mantener el estado de alerta y estar atentos a la evolución de la incidencia de dicha enfermedad para poder tomar las medidas de prevención y tratamiento adecuadas que nos ayuden a mantener la salud de nuestra población", afirma este especialista.