Bilbao. Una mezcla de asombro, sorpresa y pena invadía ayer a María. Esta mujer paseaba con su perro delante del número 25 de la calle Bilbao La Vieja, portal en el que fue hallada a finales de diciembre una mujer que llevaba dos años muerta. "Me da mucha tristeza. Hace tiempo que no se le veía, pero qué vas a pensar que está muerta en su casa. Decían que tenía un hijo y podía estar con él. No era una persona que tuviese mucha relación con la gente", comentaba la mujer.
Lo cierto es que nadie le echó de menos; ni nadie se percató de que esta vecina de 68 años y que residía en el primer piso de un bloque de viviendas antiguas de Bilbao La Vieja había fallecido dos años atrás; sola y en su cama. En el barrio ayer nadie daba crédito a este suceso rocambolesco. "Nosotros llevamos viviendo aquí algo menos de un año. Sabíamos que ese piso era de una mujer, pero nunca la habíamos visto", explicaba el vecino de tercero. "Es un caso raro; no notamos nada extraño que nos llevase a pensar que esa pobre mujer había muerto sola en su casa. Se me pone el pelo de punta al pensar que hemos tenido un cadáver en el bloque todo este tiempo", se lamentaba.
Lo cierto es que el hallazgo se produjo a finales de diciembre cuando al parecer el propietario del inmueble y varios técnicos accedieron a la vivienda con intención de realizar algún tipo de presupuesto para unas obras de rehabilitación. "Menos mal que entraron y la vieron. Es muy raro", insistía María, mientras alzaba la mirada al balcón donde vivía la mujer.
Según detallaron algunos medios de comunicación, fueron dos arquitectos que realizaban un peritaje rutinario los que localizaron a la mujer tumbada en su cama y boca arriba. "La humedad conservó el cadáver que no presentaba signo alguno de violencia ni desprendía mal olor después de tanto tiempo". Asimismo, los calendarios de la cocina reflejaban el mes de abril de 2011 y yogures en la nevera también tenían esa fecha de caducidad. El médico forense que acudió al lugar, certificó que la señora llevaba dos años fallecida y que todo parecía tratarse de una muerte natural. "Me he quedado de piedra. Es muy fuerte que nadie te eche de menos durante tanto tiempo", comentaba el vecino del número 25 de Bilbao La Vieja. Otros vecinos que conocían a la fallecida aseguraron que la mujer podía "haber ido al asilo". "Ya es mala suerte", indicaba el camarero de un bar, situado en la misma acera del portal donde fue hallado el cadáver.
Lo cierto es que, al parecer, desde hacía año y medio la comunidad de propietarios le reclamaba las cuotas atrasadas. Pero nadie respondía a las llamadas, ni tampoco a las reclamaciones de los propietarios. Tampoco nadie abrió la puerta cuando hace unos meses unas goteras alarmaron a los vecinos y al propietario del local ubicado justo debajo del inmueble. "Entonces intentaron localizar a la mujer, pero no respondía", cuentan. Fue entonces, cuando la Policía Judicial entró en la vivienda con el administrador de fincas. Pero nadie se percató de que en la habitación estaba la mujer. Entraron a arreglar la fuga en la cocina, al ver que no había nadie en la vivienda, pensaron que la casa estaba vacía.
Imagen del inmueble donde fue encontrado el cadáver. Foto: O. Martínez