BILBAO. Según consta en la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Gasteiz, difundida hoy por El Defensor del Paciente, esta mujer, de 39 años y embarazada de 34 semanas, ingresó en el Hospital de Cruces en la mañana del 9 de diciembre de 2010 tras haber "roto aguas".
Al día siguiente presentó sangrado vaginal y tras practicarle un ecografía se apreció desprendimiento placentario y muerte fetal.
En la resolución judicial se afirma que durante la estancia hospitalaria, la mujer no fue sometida ni a monitorización continúa ni a la práctica de una cesárea, por lo que la asistencia sanitaria fue "defectuosa" e "incorrecta", y careció de la "diligencia exigible" en este caso.
Se indica también que no se puede garantizar que aunque se hubieran llevado a cabo ambas prácticas médicas el bebé hubiera sobrevivido, pero eran las "adecuadas" para este supuesto concreto y al no ponerlas en marcha "se perdió una oportunidad".
Sobre la cuantía de la indemnización, en el fallo se señala que su cuantificación resulta "difícil" y finalmente la fija en 60.000 euros tras repasar otros casos análogos previos.