Bilbao. La tragedia ocurrida el pasado fin de semana en Sevilla ha encendido las alertas sobre la comida en mal estado. Aún sin determinar la causa última de las tres muertes, las intoxicaciones alimentarias se han situado en el ojo del huracán. Euskadi no está libre de este problema de salud pública y ha contabilizado entre 2012 y 2013, más de mil personas afectadas por intoxicación alimentaria. En concreto, el año pasado se produjeron veinte brotes de ETA (Enfermedad Transmitida por Alimentos) con un total de 596 personas afectadas y en lo que llevamos de 2013 se han detectado 24 brotes con 406 afectados. Osakidetza resalta que las causas más frecuentes de estas alertas sanitarias son la salmonelosis y los virus de transmisión alimentaria.

La conmoción por el fallecimiento del matrimonio y la hija mayor ha puesto el foco sobre este problema, pero los expertos creen que se trata de una causa de muerte poco probable y aseguran que la familia de Alcalá de Guadaira ingirió alguna toxina no derivada de un alimento. "Lo normal es que un alimento en mal estado nos provoque diarreas, molestias gástricas o dispepsias. Si la situación empeora, esa diarrea podría producir una deshidratación, pero lo habitual es no pasar de estos primeros estadios", subraya Antonio Villarino, presidente de la Sociedad española de Ciencia de la Alimentación.

Los estudios indican además que la mayor parte de las intoxicaciones alimentarias que se producen ocurren en verano. La doctora Guadalupe Blay avisa de que durante los meses más calurosos del año las intoxicaciones aumentan ya que el calor, y también la humedad, facilitan que las bacterias transmitidas por alimentos se reproduzcan más rápidamente.

Aunque todas las hipótesis continúan abiertas en Sevilla, Alberto Sacristán, de la sociedad de Medicina de Familia y Comunitaria señala que es "muy difícil que el consumo de un alimento pueda ser mortal". Ante un alimento en mal estado, carne o pescado, "solamente por su olor y su aspecto, lo más seguro es que no lo comiéramos". Incluso si se ingiriera, "es muy difícil que alguien se muera, por la diarrea y el vómito que nos provocan son un mecanismo de defensa de nuestro organismo ante la contaminación". En el mismo sentido se expresa Andrés Sánchez-Yagüe, experto en aparato digestivo. "Las intoxicaciones alimentarias son bastante comunes y la mayoría acaban cursando síntomas como vómitos o diarreas, y solo en casos excepcionales acaban provocando la muerte".

Toxicología determinará finalmente la causa última de la muerte de la familia Caño, pero los expertos en seguridad alimentaria saben que en la comida solo hay una intoxicación letal y fulminante. Es la provocada por la toxina botulínica, que aparece en algunas conservas caseras en mal estado. De hecho, está comprobada la peligrosidad de las latas en mal estado, así como la de los alimentos frescos, frutas o verduras que llegan contaminados de origen, tal y como ocurrió con la epidemia de E-coli en Alemania que contaminó a 4.000 personas.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) recomienda no ingerir carne o pescado caducados porque el animal empieza a descomponerse y comienzan a aparecen aminas biógenas que son peligrosas para el consumo humano. Tampoco se aconseja tomar productos a partir de la fecha de caducidad "porque ese límite indica que un alimento no es apto para el consumo", afirma Alfonso Carrascosa, experto en seguridad alimentaria.

l Productos caducados. Aunque Arias Cañete coma yogures caducados, los expertos recomiendan no consumir alimentos caducados para evitar eventuales problemas sanitarios, puesto que "a partir de la fecha de caducidad un alimento no es apto para el consumo humano".

l La clave es la manipulación. Hay alimentos que son especialmente susceptibles de contaminación si no se manipulan, almacenan o cocinan de forma adecuada como carne cruda, pollo, huevos crudos, pescado crudo, leche no pasteurizada o comidas preparadas como carnes cocinadas o patés.

l ¿Cuántos días en la nevera?

Alimentos cocinados, fritos, hervidos o cocidos como carnes, verduras, pescados, etc... no deben permanecer en la nevera más de 2 ó 3 días antes de su consumo. Si se han elaborado por medios más tradicionales como el escabeche, la salazón o los ahumados pueden comerse en los cuatro o cinco días posteriores.

l El botulismo, casi letal. El botulismo es una intoxicación que puede tener su origen en una lata de conservas caducada y genera una toxina que ataca el sistema nervioso y que puede paralizar las funciones vitales. La bacteria, llamada Clostridium botulinum, crece en conservas sin oxígeno y actúa en el organismo como un neurotransmisor potente que produce inactividad neurológica paralizando la función respiratoria. Actúa con rapidez y en cuestión de horas la persona podría fallecer.

l Alertas con la salmonelosis. En cuanto a los consejos para prevenir la salmonelosis originada por huevos, se recomienda comprar los huevos con la cáscara limpia e intacta y con la fecha de caducidad indicada. Asimismo se sugiere no lavarlos hasta el momento de consumirlos ya que la cáscara, al ser porosa, permite que, si hay salmonela, las bacterias pasen al interior. También es recomendable no cascar el huevo en el mismo plato que se va a batir.

l Qué hacer con una intoxicación. La ingesta de algún producto en mal estado en la mayoría de las ocasiones suele producir sintomatología leve. En caso de que los síntomas, normalmente digestivos (nauseas, vómitos, fiebre, diarrea, etc..) perduren en el tiempo o sean graves, por ejemplo fiebre alta, diarrea con sangre o dolor abdominal importante, se debe consultar al médico.