Manila. Las autoridades de Filipinas han restablecido algunos servicios básicos y continúan con la recogida de cadáveres en las zonas afectadas, cuando se cumplen diez días del paso del tifón Haiyan, informaron ayer el Gobierno y varias ONG en la zona. Según el Gobierno filipino, la ciudad de Tacloban, capital de la isla de Leyte, una de las más afectadas por el tifón, ya cuenta con agua corriente, mientras que las principales carreteras de la localidad han quedado libres de escombros y desperdicios.
Esto facilitará la entrega de agua y comida a los más necesitados en Tacloban, y en otras zonas del centro del archipiélago afectadas por el tifón, que causó casi 4.000 muertos, según el último balance oficial. El Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Desastres de Filipinas señaló que más de 430.000 familias ya han recibido agua y comida en la región de Bisayas Oriental y apuntó que cientos de miles más las recibirán en breve. En algunas partes de Tacloban ya se ha restablecido la electricidad y la red telefónica ha mejorado hasta el punto que para algunas organizaciones ya no es necesario el uso de teléfonos vía satélite, como hasta ahora.
Pero a pesar de los avances en las infraestructuras, las ONG presentes en Tacloban instaron a no ralentizar el paso de la ayuda internacional y aseguraron que aún queda mucho por hacer. "La gente de Tacloban sigue estando muy necesitada de comida y de agua", señaló Antonio Navales, jefe del equipo de ayuda que enviado a la localidad por la ONG española Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF).
"Hay organizaciones de ayuda que van a los albergues a repartir comida y agua, pero las colas que se forman son interminables, y muy probablemente lo que se está repartiendo no es suficiente", explicó Navales, quien subrayó que "se necesita todavía muchísima ayuda". BUSF, formado por un equipo de 5 bomberos y 2 enfermeras, puso en marcha hoy una planta potabilizadora de agua para suministrar a unas 2.500 personas que se encuentran en la escuela Phils Science, que se ha convertido en un centro de desplazados.
Según Navales, la mayor dificultad con la que se han encontrado en esta misión ha sido la logística, puesto que "la planta potabilizadora ha permanecido en Manila durante cuatro días al no encontrar forma de transportarlo hasta Tacloban". El representante de BUSF, un equipo que también se dedica a la educación de los niños sobre los peligros del uso del agua contaminada, señaló asimismo que se siguen viendo cadáveres en las calles de la ciudad, lo que lleva a que el riesgo de brotes de epidemias se multipliquen.
"Queda mucho por hacer" Por su parte, la ONG Acción Contra el Hambre también consiguió acelerar su programa de acción, que actualmente está repartiendo entre los ciudadanos de la ciudad de Tacloban packs de higiene, que cuentan con pastillas potabilizadoras de agua, jabón o toallitas para bebes. "Tacloban ha mejorado mucho en los últimos tres días, pero en las afueras de la ciudad aun queda mucho que hacer y todavía pueden verse bastantes cadáveres", explicó el responsable de comunicación de Acción Contra el Hambre en Tacloban, Daniel Burgui.
Mientras, el presidente de Filipinas, Beningno Aquino, siguió ayer con su visita de la zona afectada y participó en la distribución de comida y agua a los residentes afectados. Aquino criticó el domingo que algunas localidades no estaban tan preparadas como otras para recibir al Haiyan y que, incluso, después del paso del tifón los gobiernos locales no se están moviendo con rapidez suficiente.