El rompecabezas en el que se ha convertido la desaparición de Hodei Egiluz para la policía judicial belga empieza a aclararse poco a poco pero con ello aumenta también el pesimismo entorno a la búsqueda del joven ingeniero informático vizcaíno que desapareció hace ya más de quince días en Amberes, durante la madrugada del pasado 18 al 19 de octubre. Según el diario local Gazet van Antwerpen, la policía federal detuvo el viernes al menos a una persona más sospechosa de estar relacionada con la desaparición del joven vizcaíno, un menor de edad que podría ser quien suministró y vendió a las dos primeras personas arrestadas la semana pasada la tarjeta de crédito y el teléfono móvil del joven de Galdakao.

De momento, la fiscalía seguía anoche sin confirmar estas últimas detenciones, debido a que afectaría a un menor, al tiempo que mantiene toda la prudencia y discreción posible sobre un sumario restringido al que ni tan siquiera los abogados defensores de los dos sospechosos arrestados la semana pasada pueden acceder de forma diaria. Aunque el goteo de información filtrada a la prensa flamenca es constante, Hodei Egiluz sigue en paradero desconocido más de dos semanas después de que fuera visto por última vez delante de la freiduría Número 1, en la esquina entre las calles Sukerrei y Hoogstraat, y empieza a cobrar fuerza entre los investigadores la idea, según apuntaron ayer varios medios flamencos, de que el joven de 23 años fuera víctima, tras despedirse de un amigo muy cerca del ayuntamiento de Amberes, de un robo que salió mal.

Aunque la secuencia de los hechos sigue sin estar todavía clara para los investigadores, Gazet van Antwerpen apuntaba ayer que el joven habría sido atacado en la zona de la calle Brouwesvliet, a unos centenares de metros del museo MAS -desde donde comienza el que es el segundo puerto comercial más grande de Europa- y a una quincena de minutos de donde se despidió de su amigo Kevin, y que el asaltante o asaltantes lo habrían arrojado al río Escalda, que discurre a escasos metros de esta calle y divide la ciudad de Amberes en dos. De hecho, según este mismo rotativo, la policía marítima habría recibido en los últimos días instrucciones de empezar a rastrear el río en busca del cuerpo del joven vasco.

La prensa local apunta, por tanto, a la zona de Brouwersvliet como el foco de una investigación puesta en marcha hace justo medio mes. En un cajero de esta misma calle habría intentado supuestamente Mohamed Yasser, el joven de 25 años detenido el pasado 27 de octubre, sacar dinero con la tarjeta de Hodei pocas horas después de que este fuera visto por última vez. Y un bar ubicado en la zona sería el vínculo que uniría a Yasser con la segunda detenida la semana pasada, una mujer de 45 años llamada Carmen T. que habría frecuentado también el local aunque sigue sin estar claro si se conocían. Ambos sospechosos comparecieron el pasado jueves antes el juez instructor del caso, que mantiene el secreto del sumario, y alegaron no tener ninguna relación con la desaparición del joven ingeniero informático y sostuvieron haber recibido tanto la tarjeta como el teléfono de manos de un joven llamado Omar.

UN MÓVIL POR 60 EUROS La mujer, según confirmó ayer a DNA su abogada defensora, Cecile Kenis, declaró ante el juez que compró el aparato a un cliente del bar donde trabaja por 60 euros y que desconocía que fuera un móvil robado al joven vasco. La letrada también explicó que su defendida realizó ante la policía un retrato robot de la persona a la que adquirió el teléfono la semana pasada y que supuestamente sería el mismo joven detenido el viernes, un día después de que el juez decidiera prolongar la detención provisional a Carmen T. y Mohamed Yasser por espacio de 30 días más. "El juez decidió que era pronto para dejarla en libertad porque todavía están buscando al joven pero si el detenido confirma que le vendió el teléfono confío en que la soltarán", avanzó ayer la letrada. Kenis, que insistió también en que su defendida dice no tener ninguna relación con la desaparición del joven vasco, avanzó que apelarán la decisión de prisión provisional del juez la próxima semana e indicó que Carmen T. no ha sido acusada oficialmente de intento de homicidio.

Pese a los avances de la última semana, y para desesperanza de una familia que denunció la desaparición el pasado 21 de octubre en la comisaría de Galdakao, la policía federal belga sigue sin encontrar al joven. Hodei Egiluz llegó a Flandes en marzo de este año para trabajar en la empresa tecnológica Createlli, tras licenciarse en la universidad de Deusto y estudiar un año en la Universidad de Gante, también en Flandes. Más allá de la investigación policial, sus amigos y familiares mantienen también su búsqueda a través de las redes sociales, lo mismo que la fundación belga de búsqueda de niños desaparecidos Child Focus, que sigue dando publicidad al caso con una campaña de carteles en la que se muestra la fotografía de Hodei y se cuenta cómo era. "Es frustrante para los investigadores no tener idea de lo que le ha podido ocurrir", reconocía ayer una persona que sigue muy de cerca la investigación.