MADRID. En la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, los magistrados condenan a la juez a una multa de 18 meses y un dia por una cuota de 15 euros y a la citada inhabilitación.
En el juicio, Coro Cillán aseveró que acordó precintar la discoteca Moma en septiembre de 2011 a raíz de la denuncia de uno de los socios para evitar que se produjera otro caso como la muerte del joven Alvaro Ussía, quien falleció en 2008 a manos de un portero de El Balcón de Rosales.
Cillán, conocida por reabrir el caso del 11-M o llevar la investigación del 'caso Ussía', se enfrentaba a la petición de que se la inhabilitara durante veinte años para ejercer como magistrada. Finalmente, se han quedado en 15 años.
El TSJM sostiene que Cillán cometió ese delito, ya que dictaminó varias resolucioens injustas. Así, menciona el auto de precinto del local y la resolución en la que nombraba un administrador. "No eran sostenibles jurídicamente", asevera el tribunal madrileño y añade que no cumplían "los mínimos parámetros de motivación".
PROCESAMIENTO
En el auto de procesamiento, el TSJM apreciaba la existencia de elementos típicos del delito continuado de prevaricación. Por ejemplo, señalaba como conducta irregular que la juez implantó una administración judicial respecto a "unos locales en los que ni consta ni se denuncia la comisión de hechos delictivos, sino una controversia entre sus titulares".
Además, tachaba de "escandaloso" que la juez nombrase a un administrador judicial "sin debate ni reflexión ninguna" y por una providencia le reconociera seis días más tarde una retribución mensual de 18.000 euros.
Asimismo, recalcaba que la juez nombró para uno de los dos puestos de administrador a su propio novio, quien "pasó a ser administrador único con una retribución mensual de dos mil quinientos euros" EXPEDIENTE
El pasado diciembre, la comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) incoó un expediente disciplinario a Coro Cillán por cuatro posibles faltas de disciplina cometidas en relación diversas decisiones que afectaron a la administración judicial de la citada discoteca.
Al parecer, se encontraron indicios de que Cillán habría incurrido en "ignorancia inexcusable en el cumplimiento de los deberes judiciales" por haber facilitado la entrada como administrador judicial de esa discoteca, durante el periodo en el que estuvo precintada, de su supuesto "novio".
Otra de las faltas tenía que ver con la "desatención o el retraso injustificado" en la resolución de este asunto. También se le investigó por "exceso o abuso de autoridad".