roma. El tunecino Kaled Ben Salam, de 35 años, fue detenido como supuesto responsable del barco de inmigrantes que naufragó el pasado jueves al tratar de llegar a la isla italiana de Lampedusa, una tragedia que deja, por el momento, un balance oficial de 287 muertos.
Renato di Natale, el fiscal de la localidad de Agrigento, informó ayer de la detención de uno de los 155 supervivientes de la tragedia. En la detención del tunecino fue clave el testimonio de los inmigrantes que lograron salvar la vida, quienes apuntaron a que el "capitán" y supuesto traficante responsable de la travesía de indocumentados era un white man (hombre blanco, en inglés), una característica que, por su color más claro de la piel, le distinguía del resto de ocupantes del barco.
Además de la acusación de tráfico de indocumentados, sobre Ben Salam pesa la de homicidio voluntario múltiple y también de naufragio. La Fiscalía de Agrigento sospecha además que el tunecino pudo ser el responsable de otro desembarco de indocumentados, 250 en total, en Lampedusa el pasado 11 de abril. Cada uno de los viajeros pudo pagar entre 1.000 y 2.000 dólares por la travesía marítima que partió de Misurata (Libia), lo que pudo dar a la supuesta red que la organizó entre 500.000 y un millón de dólares.
medidas en la ue Mientras en Lampedusa se seguía buscando a los cerca de 100 desaparecidos que, se sospecha, aún están bajo el agua, los ministros europeos de Interior se reunían a petición de Italia para intentar acordar medidas concretas para evitar nuevas tragedias como la del pasado jueves.
Tras la reunión, la Comisión Europea (CE) señaló que hay varios proyectos comunitarios que emplearán satélites para hacer la vigilancia de los mares más eficiente.
Así, la CE recordó la existencia del programa de observación Copérnico, que reforzará la vigilancia del mar desde el espacio mediante la combinación de los resultados de sus satélites -el primero de los cuales se lanzará en 2014- con datos recabados por estaciones y sensores terrestres instalados en boyas o flotadores y barcos, aviones y globos de investigación.
Copérnico ofrecerá apoyo a Frontex, la agencia europea para la Gestión de Control de las Fronteras Exteriores, en su tarea de vigilar los límites de la UE. Asimismo, los proyectos Sagres y Lobos tienen como objetivo ayudar a partir de 2015 a Frontex en cooperación con la Agencia de Seguridad Marítima Europea (EMSA) y el Centro de Satélites de la UE (EUSC).
También colaboran en la vigilancia el servicio europeo de navegación geoestacionario, Egnos, y el proyecto Perseus, que examina cómo compartir información sobre la vigilancia de las fronteras marítimas.