La inyección de gas del protecto Castor en el subsuelo marino frente al Delta del Ebro causó este martes un terremoto de magnitud 4,2, el mayor que ha habido en la zona desde que los seísmos empezaron a principios de septiembre. Los temblores, sin ser peligrosos para las infraestructuras, mantienen en vilo a la población, y el hecho de que fuera precedido por otros de 3,9, 3,6 y 3,2 en los días anteriores llevó a la Comunidad Valenciana a decretar el Plan de Riesgo Sísmico, en fase de seguimiento, en los municipios castellonenses de Peñíscola, Vinaròs y Benicarló. Además, la Generalitat exigió la paralización total de actividad del proyecto, y cuestionó que la empresa Escal UGS detuviera el proyecto.
Técnicos del Ministerio de Industria visitaron ayer las instalaciones del Proyecto Castor, tanto las terrestres como la plataforma marina, según confirmaron fuentes de la empresa, con el fin de determinar si los seísmos están relacionados con la actividad de extracción de gas de la planta. Los técnicos están recabando información para tratar de determinar si el aumento de la actividad sísmica en el Golfo de Valencia, en el entorno del proyecto Castor, guarda relación con esta infraestructura, que el pasado 14 de junio comenzó los trabajos para el llenado de "gas colchón" con casi un año de retraso sobre los plazos previstos.
Desde el pasado 13 de septiembre tuvieron lugar una serie de "microseísmos" que fueron aumentando en intensidad y en frecuencia, según alertó el vocal del Colegio de Geógrafos de España y experto en Riesgos Naturales, Jonathan Gómez Cantero. Así, hace tres días se registró un seísmo de 3,6 grados de magnitud en la escala Richter, que fue sentido por la población en la costa, y anteayer de madrugada esta intensidad aumentó hasta los 4,2 grados.
planificación Este ministerio ordenó la paralización de la extracción del "gas colchón" el pasado 26 de septiembre, aunque desde la planta se informó de que desde el día 16 esa actividad ya había cesado debido a su planificación normal de trabajo. Ante la inquietud de la población de los municipios de la costa de Castellón y Tarragona, los alcaldes de Vinaròs, Juan Bautista Juan; Benicarló, Marcelino Domingo, y Peñíscola, Andrés Martínez, ofrecieron anteayer una rueda de prensa conjunta. El proyecto, con una inversión de 1.200 millones de euros, trata de aprovechar un antiguo pozo petrolífero a 1.750 metros de profundidad bajo el nivel del mar para suministrar hasta un tercio de la demanda de gas del sistema durante 50 días, pero, según advirtieron diversos colectivos, la inyección de gas provocó un aumento de la actividad sísmica.
La Plataforma anti-fracking en Castellón alertó ayer de que los terremotos producidos por el proyecto Castor son "un juego de niños" en comparación con la utilización de la técnica del fracking, ya que las presiones utilizadas pueden llegar al triple, y porque "no solo se trata de una plataforma, si no que han pedido permiso para 195.000 hectáreas", según indicaron en un comunicado. Además, Ecologistas en Acción reclamó que se aplique el principio de precaución en el proyecto en proyectos de igual o mayor peligrosidad, como las prospecciones petrolíferas. También IU reclamó ayer la "paralización inmediata" del proyecto.
Por otra parte, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, aseguró ayer que la Declaración de Impacto Ambiental que obtuvo en 2009 el almacén subterráneo de gas natural frente a la costa de Vinaròs (Castellón) "no tenía ningún condicionamiento relativo a problemas sísmicos" tras inaugurar en Feria Valencia los certámenes Vegetal World, Iberflora y Encaja.