ISLaMABAD. El último recuento de víctimas por el terremoto que anteayer sacudió el suroeste paquistaní ascendió ayer a 328 muertos y más de 440 heridos, pero las autoridades locales alertaron de que el número de fallecidos y afectados puede llegar a aumentar con el paso de los días. Los equipos de rescate se afanaban ayer por encontrar supervivientes en la remota zona del suroeste del país, que ha quedado muy afectada por el que ya se ha convertido en el seísmo más mortíferos de la última década en Pakistán.

Un portavoz del Gobierno regional de la provincia de Baluchistán, Mohamed Buledi, aseguró en rueda de prensa que la mayoría de los heridos y fallecidos contabilizados se localizaron en el área de Awarán, según recogió ayer el medio local Dawn. "Me temo que el número de muertos aumentará", confesó Buledi, quien reveló que está siendo muy complicado para los equipos de rescate llegar a las zonas afectadas debido a que el terremoto deterioró "enormemente" las vías de comunicación.

prioridad El secretario de Interior de la provincia de Baluchistán, Asad Gilani, detalló con anterioridad que "entre las víctimas hay mujeres y niños" y que "la prioridad es recuperar los cuerpos que se hallan bajo los escombros y trasladar a los heridos a los hospitales". El epicentro del terremoto, con una magnitud de 7,7 grados en la escala de Richter, se localizó en el área de Khuzdar, a más de 200 kilómetros de Awarán, y tuvo lugar a 10 kilómetros de profundidad, según el Departamento Meteorológico de Pakistán.

De acuerdo con medios locales, el temblor se notó en varias localidades del país asiático y llegó a sentirse incluso en la capital de la vecina India, Nueva Delhi, y al otro lado del golfo de Omán, en los Emiratos Árabes Unidos y Omán. "Han llegado equipos especializados de rescate y con ello esperamos acelerar las tareas de ayuda", dijo el portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), Kamran Zía.