La aviación estadounidense estuvo a punto de detonar de forma accidental una bomba nuclear de cuatro megatones sobre Carolina del Norte en 1961, según documentos desclasificados divulgados ayer por The Guardian. Según la información, cada uno de los dos explosivos que cayeron tenía una potencia 260 veces superior que la bomba lanzada contra Hiroshima. Fue un interruptor de bajo voltaje el que finalmente logró evitar lo que hubiera sido una catástrofe de dimensiones monumentales.