oion. La distancia entre la calle y la institución municipal en Oion continúa creciendo y todo parece apuntar a que la protesta que se hizo el día del lanzamiento del txupinazo en las fiestas de Gracias no era un hecho aislado, sino un grito de auxilio por parte de los vecinos. La protesta está encabezada por jóvenes de la villa, que hace unos días dieron la bienvenida al pueblo a su vecino Oskar Garrido, ya recuperado de la grave herida que sufrió por un arma blanca, con una fiesta paralela con la que querían arrancar la sonrisa de este joven y pasar unas horas de sana diversión haciendo que éste viviera lo que no pudo de las fiestas por estar en el hospital. Pero el miércoles fue otra cosa. Anteayer un numeroso grupo de estos jóvenes se acercaron hasta el Ayuntamiento, que celebrara un Pleno ordinario, y haciendo uso de su derecho como vecinos, dieron lectura a un comunicado manifestando su disconformidad con la programación de fiestas y por la forma unilateral del equipo de gobierno a la hora de planificarlas.
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