L A calle Herrería amaneció ayer de fiesta. Ofrenda floral, música, degustaciones y poteo llenaron de ambiente esta antigua arteria del Casco Viejo desde la mañana. No, no, no ha vuelto a bajar Celedón. Los culpables de poner buena cara al mal tiempo no son otros que los miembros de las sociedades gastronómicas Iturriondo, Txipistrin y Zapardiel, empeñados en recuperar la antigua tradición de las fiestas de las vecindades.
Eran éstas unas fiestas de encuentro muy importantes en el Casco Medieval, explica José Antonio Arberas, de la organización. Sin embargo, debido a la evolución de las propias costumbres de la ciudad, cayeron en el olvido, al tiempo que esas vecindades dejaron de tener la importancia que tenían en épocas pasadas en la vida social de Gasteiz dando paso a lo que hoy pueden ser los barrios. Así que, un grupo de personas, ni corto ni perezoso, "con más voluntad que medios" -dicen- y, sobre todo, con "muy buenas intenciones" se ha lanzado a recuperar parte de aquella tradición que ya sólo quedaba en el recuerdo de algunos.
Y lo han hecho con un aurresku para empezar y la correspondiente ofrenda floral desde lo alto de una escalera -como en La Blanca- en este caso ante la hornacina de la Virgen del Buen Camino, la patrona de la vecindad. Al mediodía, la calle ya cobra ambiente festivo, pese al cielo gris y la amenaza de tormenta, y la animación musical invita a los presentes a iniciar el poteo y la degustación de pintxo y vino a la que invitan en las sociedades gastronómicas.
La unión de estos vecinos de la última vecindad de Herrería se ha hecho posible, entre otras razones, gracias a que son miembros de diferentes sociedades gastronómicas ubicadas en este pequeño tramo de la calle. Su objetivo, en colaboración con los comerciantes de Gasteiz On, no ha sido otro que ofrecer una media jornada festiva a los vecinos actuales y antiguos, abierta también al resto de la ciudadanía de Gasteiz que esta mañana de sábado se ha acercado por la parte vieja de la ciudad. "Una pequeña y muy humilde fiesta que sirva de encuentro y unión a todos", claman los organizadores. Y de paso, que contribuya a revitalizar el Casco, el corazón de Vitoria, tarea en la que hosteleros y tenderos llevan años embarcados.