Vitoria. El despliegue de la receta electrónica constituye la otra gran novedad a la que se enfrentan los farmacéuticos alaveses, al margen del controvertido copago de los fármacos. La e-rezeta, denominación de este novedoso sistema de prescripción, ha completado con éxito la primera fase de su despliegue después de años de problemas y retrasos y ya pueden disfrutar de sus ventajas los vecinos de municipios alaveses como Ozaeta, Agurain, Dulantzi, Araia, Villanueva de Valdegovía, Oion y Legutiano, entre otros. Pacientes que ya han podido olvidarse de las tradicionales recetas en papel, que han sido sustituidas por una hoja personalizada de tratamiento donde se detalla, de forma clara y sencilla, el nombre de los medicamentos, la dosis y la fecha de revisión o finalización de los tratamientos. Abetxuko es uno de los pocos barrios de Gasteiz donde ya ha llegado la e-rezeta.
La información sobre la medicación que debe tomar cada usuario es enviada por vía electrónica a la farmacia correspondiente, donde puede recogerse presentando la tarjeta sanitaria. Éste es un requisito indispensable para que el paciente pueda obtener la medicación prescrita por su médico.
Los establecimientos donde ya se ha implantado la receta electrónica no tuvieron que adaptarse al nuevo sistema informático para aplicar el copago farmacéutico, lo que ha supuesto un problema añadido para los que todavía no cuentan con el moderno sistema de prescripción. Para muchos, hubiera sido más sencillo esperar al despliegue definitivo de la receta electrónica para aplicar el copago. Una fórmula que, eso sí, avanza "a grandes pasos" en la CAV según Ángel Garay, presidente de los colegios de farmacéuticos vasco y guipuzcoano, quien considera que puede estar implantada en su totalidad a finales de este año.
Para los pacientes, la a e-rezeta ofrece diversos beneficios, entre los que destacan la comodidad, al no ser necesario acudir al centro de salud sólo para recoger recetas y visados, una información más detallada y clara con la nueva hoja de tratamiento, una mayor seguridad al permitir al personal sanitario autorizado saber qué medicación se está tomando y así evitar interacciones o duplicidades de medicamentos, una fiabilidad total ya que en la farmacia se garantizará que la dispensación sea correcta y una mejor coordinación de todos los profesionales sanitarios.