vitoria. David de Jorge, el televisivo Robin Food, dijo un día de Mikel Fiestras que vendería su alma al diablo por un platillo de verduras rehogadas en su propio jugo. El cocinero gasteiztarra nunca le llevó la contraria. Por algo su restaurante se llama La Huerta. Para él, el verde sí que es capital, así que no podía ser otro quien impartiera ayer la primera cata gastronómica del programa Las raíces del sabor, en el Palacio Escoriaza Esquível. Le venía al dedo, porque la lección-degustación versaba precisamente sobre puerros, patatas, calabacines, acelgas... Productos de la huerta, vaya, acompañados por aderezos muy característicos de nuestra tierra, como la sal de Añana, el txakoli, el aceite y los vinos de Rioja Alavesa. Ingredientes de lujo para una master class de la que los participantes no perdieron detalle.
Decenas de personas, jóvenes y mayores, amantes de la cocina y de la dieta mediterránea, asistieron a la cata gastronómica de las seis de la tarde. Gente como Jon, que un día cambió la cesta del supermercado por una pequeña parcela a las afueras de Vitoria donde cultiva sus exquisiteces con espíritu ecologista. Por eso se lo pasó en grande con las explicaciones de Fiestras, otro que huye de las verduras y hortalizas alimentadas de pesticidas que venden las grandes superficies para mancharse las manos con tierra. De ahí, seguramente, el éxito de su restaurante, aunque otros platos más costeros que de interior atraen a miles de comensales todo el año.
Cuando hay comida de por medio, es fácil que quien pruebe una iniciativa como la de ayer repita. Por suerte para los que asistieron a la cata y para el resto de gasteiztarras que se han quedado en la ciudad durante el mes de agosto, el próximo sábado habrá una nueva oportunidad de degustar y aprender. En el mismo sitio y a la misma hora. Contudente, pero con la misma filosofía. El plato protagonista: las alubias con sacramentos. Tal vez ahora que aprieta el calor no apetezca tanto cocinar y comer estas legumbres, pero de la información y formación ofrecida en la cata seguramente se podrá sacar buen provecho de cara a la próxima temporada otoñal.
El broche lo pondrá el Taller Dulce del 21 de septiembre, centrado en cómo elaborar cuajada con euskal esnea, miel y otras delicias. Quienes quieran disfrutar de esta cata o de la que tendrá lugar el sábado que viene han de suscribirse en la Oficina de Turismo y apoquinar seis euros. "Merece la pena", coincidieron los participantes en la clase de ayer, contentos por que la ciudad ofrezca alternativas de ocio ahora que las calles asoman casi desiertas. De hecho, el objetivo del Ayuntamiento con estas actividades es el de dinamizar el tiempo de ocio durante la época estival tanto de turistas como muy especialmente de gasteiztarras. El programa Las Raíces del Sabor se completa, además, con una exposición que sirve de escaparate para los productores agrícolas y vitivinícolas que se dejan los riñones en Álava.