Ozaeta. EL proceso participativo sobre vivienda de Barrundia ya ha obtenido las primeras conclusiones. En los últimos meses, el Ayuntamiento ha realizado tres talleres para definir las líneas de trabajo a futuro, en los cuales se refleja la necesidad de una primera vivienda para jóvenes de entre 25 y 34 años. El estudio llevado a cabo propone diversos ejes de actuación. Así, a corto plazo se plantea la necesidad de concienciar de la importancia de que viva la gente en el municipio. "¡Queremos pueblos vivos!", apuntan. Además, se señala que sería necesario adecuar medidas fiscales para las viviendas vacías.

Los vecinos del municipio demandan también fomentar el uso de las viviendas vacías, que podría hacerse mediante programas del Gobierno Vasco, como Alokabide, creando un servicio municipal de mediación para alquiler de viviendas vacías e incluso impulsar políticas de aparcería, sistema en el cual el inquilino no paga alquiler o éste es muy bajo, a cambio de la realización de obras de mejora en el inmueble.

El estudio apunta a la necesidad de adecuar las normas subsidiarias para poder aprovechar bordes y pajares como viviendas, así como analizar la posibilidad de transformar edificios públicos (antigua casa consistorial) en viviendas de alquiler (sociales, dotacionales,?), además de las posibilidades de financiación.

Entre las políticas de vivienda a llevar a cabo a medio plazo se sugiere la creación de cooperativas de cesión de uso. "Personas necesitadas de vivienda se juntan y se organizan en torno a una cooperativa para la rehabilitación o construcción de viviendas. La que se endeuda es la cooperativa y las personas cooperativistas tienen derecho a disfrutar de una vivienda para toda la vida, pero no a la propiedad", apuntan. La propiedad puede ser de la cooperativa (privada) o pública (cesión de uso a la cooperativa por parte de una institución).

Entre las acciones a llevar a cabo también se insinúa la necesidad de contar con viviendas tuteladas para mayores. "En Barrundia tenemos muchas personas mayores que tienen dificultades para valerse por sí solas. Se podría analizar la posibilidad de poner en marcha sistemas que atiendan las necesidades de estas personas y a su vez faciliten el acceso de los jóvenes a una vivienda".

Desde Barrundia abogan por emprender vías legales en ciertos casos. "En los últimos años del boom inmobiliario hemos visto cómo muchas inmobiliarias o bancos se han dedicado a la especulación en nuestro municipio. Tras el crack de la burbuja inmobiliaria muchas de estas operaciones se han quedado a medias, dejando casas a medio hacer o en ruinas. La Ley del Suelo obliga a los propietarios a mantener en estado decente sus casas y en caso de no ser así, las instituciones tienen mecanismos para obligar a los propietarios a mejorarlas. Se analizará la posibilidad de emprender vías legales para asegurar el uso de la vivienda en dichos casos", señalan, al tiempo que reconocen que estas políticas no son más que ideas, de momento.

A partir de ahora una comisión de vivienda irá trabajando todos estos temas, priorizando y poniendo en marcha alguno. De momento en ella participan personas que han acudido a los talleres, además de concejales y el propio alcalde. El objetivo del estudio llevado a cabo durante los últimos meses y del cual se desprenden estos resultados ha sido medir las necesidades de vivienda de las familias y la ciudadanía de Barrundia, profundizar en las características de esas necesidades y recoger la opinión de la ciudadanía en torno al tema de la vivienda.

El Ayuntamiento repartió aproximadamente 500 encuestas (una por vivienda o familia) tras lo cual se ha conseguido recoger información detallada de 390 personas de 140 familias, de 33 personas jóvenes con necesidad de primera vivienda y de ocho familias con necesidades de cambio de vivienda. Esto supone aproximadamente el 40% de la población total, y suponiendo que los que no han contestado no tienen interés en el tema de la vivienda. De los datos obtenidos se desprende también la necesidad de una primera vivienda para 33 personas, repartidas en 26 familias. "En total se necesitarían 22 viviendas para responder a esa necesidad", apuntan desde el Ayuntamiento.

Observando las características de las personas, según el sexo se divide de forma parecida, por edad, en cambio, la mayoría se concentra en el rango de entre 25 y 34 años. El precio máximo que se podría pagar por esa vivienda es de 162.333 euros. El estudio apunta que la cuantía de lo que podrían destinar a pagar a la renta mensual asciende a 419 euros. De las personas que quieren una vivienda, la mitad la querrían en propiedad; la otra mitad, en alquiler o no les importa, y con unas dimensiones de entre 76 y 90 metros cuadrados.

Los actuales vecinos de Barrundia apuntan su municipio como lugar preferente para seguir viviendo y dentro de éste la mayoría opta por Ozaeta, Larrea, Marieta-Larrinzar y Hermua. Además, también se refleja la necesidad de cambio de vivienda para una decena de familias. Por ello, desde Barrundia proponen una política de vivienda basada "en el respeto al medio ambiente y al entorno urbanístico existente, primando el aprovechamiento de lo que ya existe y no construir de una manera desmesurada". Además, a su juicio, "el objetivo de cualquier política de vivienda de carácter social no puede ser ni la especulación ni el enriquecimiento de unas pocas personas a costa de la negación de los derechos de otras", así como que "sólo contemplamos posibilidades de primera vivienda, es decir, que prevalezca el uso de la residencia".

Barrundia tiene una superficie de 97,5 kilómetros cuadrados y 841 habitantes, lo que da una densidad de población de 8,62 habitantes por kilómetro cuadrado. Las localidades que lo componen son Ozaeta, su capital, Gebara, Maturana, Mendixur, Marieta-Larrintzar, Audikana, Dallo, Elgea, Etura, Heredia, Hermua y Larrea.