Vitoria. VIRGINIA Woolf en su libro Una habitación propia ya pedía a finales de los años veinte del siglo pasado un espacio para que la mujer pudiese pensar alejada de los ruidos familiares del salón del hogar. Actualmente, muchas mujeres también necesitan un espacio de reflexión, intercambio y aprendizaje. Así surge Virginia Woolf Basqueskola, gracias a Eudel, la Asociación de Municipios Vascos, y a Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer.

Esta es la primera y "necesaria" escuela para concejalas y alcaldesas, ya que según explica Maru Sarasola, formadora de Basqueskola, "muchas de ellas sufren frustración por el desconocimiento de ejercer en un mundo que hasta hace muy poco era de hombres". Actualmente, en Euskadi hay 1.018 alcaldesas y concejalas, representando casi el 40% de los cargos municipales. Sin embargo, uno de cada cuatro territorios está presidido por hombres, siendo las mujeres las que gobiernan en los municipios pequeños.

En este terreno mayoritariamente masculino hay un cierto corporativismo y un lenguaje y claves que ellos ya conocen, pero las mujeres tienen que aprender. Por eso dan tanta importancia al trabajo en grupo que, según explica Ibone Bengoetxea, presidenta de Eudel, "nos permiten reforzar nuestras capacidades y habilidades políticas, pero también nuestras actitudes personales para mejorar el empoderamiento y al desarrollo del propio liderazgo".

Nuevo curso Tras el éxito de estos talleres en su primer año y su gran acogida por las electas que completaron el cien por cien de las plazas, en septiembre comenzará un nuevo curso de Basqueskola. Como en 2012, este nuevo año también se dividirá en tres áreas de formación: coaching y liderazgo con técnicas de comunicación y socialización; Ateneo, un espacio para las sesiones de debate; y Berbetan, una mesa redonda donde exelectas y actuales concejalas y alcaldesas intercambian perspectivas sobre el pasado y presente de las mujeres políticas.

Para Maru Sarasola los talleres son muy útiles porque "se crea un espacio para compartir las percepciones de las aspirantes", donde las electas con largo recorrido en política tranquilizan y aconsejan a las nuevas, ya que "entre las mujeres electas la búsqueda de la valoración está mucho más mediatizada, y además tienen muchas barreras porque son nuevas en este campo y tienen menos reconocimiento porque muchas de ellas son jóvenes". Para solucionar los problemas derivados del desconocimiento, Sarasola lleva a cabo dentro de Basqueskola un curso de coaching, un proceso de acompañamiento a las electas para que alcancen sus objetivos enseñándolas a desarrollar todo su potencial y mejorar su desempeño.

De la ilusión al desánimo Según explica a este periódico, tras observar los miedos a los que se enfrentaban las electas que pasaron por su taller de coaching, "las mujeres llegan con mucha ilusión y muchas ganas a la política pero al ver que no pueden hacer todo lo que quieren por los ciudadanos se encuentran frustradas", por ello Sarasola les enseña a conocer sus valores internos, sus limitaciones y miedos para a partir de ahí "impulsar su trabajo y tejer entre todas una red donde se da confianza, seguridad y comprensión que las ayuda en su vida laboral como personal".

Pero la escuela no trabaja sola, también entra en contacto con otras iniciativas que comparten el objetivo del empoderamiento de las mujeres políticas como ONU Mujeres o la plataforma I Know Politics, manteniendo una relación más estrecha con el ámbito europeo a través de la red de electas locales del Consejo de Municipio y Regiones de Europa.

Experiencia de participantes Otro de los problemas que ha observado Sarasola es que las electas "no tienen tiempo para dedicarse personalmente, no pueden ir al gimnasio porque la política, el trabajo y los hijos les absorben". Al respecto, Izaskun Garaigordobil, concejala en Legutio y que ha participado en los talleres, opina que "todavía queda mucho que hacer en el tema de la conciliación familiar, dando armas a las mujeres para que puedan continuar con su trabajo y su vida familiar". María Pilar Legarra, alcaldesa de Asteasu, comparte esta idea porque opina que "es muy difícil compaginar la vida privada con la laboral y siempre una de las dos partes sale perdiendo, por lo que es muy importante la comprensión familiar".

Otra de las participantes en esta iniciativa, Amaya Rojas, edil en el Ayuntamiento de Barakaldo, recalca que los talleres, "me han dado más fortaleza para seguir luchando y peleando por ser electa municipal, aunque todavía las mujeres tenemos mucho que hacer porque se nos exige bastante más que a los hombres".

La valoración de este año para Maru Sarasola es positiva, y explica que "a corto plazo ha traído muchos beneficios para las participantes en los grupos de aprendizaje, pero a lago plazo será muy beneficioso porque podrá pasar del empoderamiento personal al empoderamiento colectivo como mujeres políticas, independientemente de su partido".

Otra de sus observaciones es que, "en un principio cada mujer llegaba con una coraza" pero poco a poco "se abría estableciendo otro tipo de relación, compartiendo sus éxitos y dificultades, comenzando así a tejer la red".