Vitoria. Con el comienzo del nuevo curso un total de 128 trabajadores de la Administración pública vasca podrán desarrollar sus tareas habituales sin abandonar su casa, gracias a las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y la modalidad de teletrabajo que impulsa el Gobierno Vasco.
Según informó el Ejecutivo, tras el verano, y con unos cuantos meses de retraso sobre el calendario previsto, se pondrá en marcha el proceso de incorporación de personal funcionario y laboral a la modalidad de teletrabajo. Una opción prevista en el decreto de febrero de este año que establece la jornada laboral de los empleados de la Administración vasca y que busca "facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar". La flexibilidad horaria, el ahorro de tiempo que conlleva prescindir de viajes y traslados, la concentración en las tareas y la distribución del trabajo adaptándolo a las necesidades familiares son algunos de los aspectos positivos destacados por quienes han practicado el teletrabajo. A esto se suma que todos los estudios y evaluaciones demuestran que los teletrabajadores aumentan su productividad al tiempo que mejoran la calidad de su trabajo.
Al cierre de la convocatoria abierta el año pasado para que los trabajadores interesados en practicar el teletrabajo lo comunicaran al Gobierno Vasco se habían recibido un total de 128 solicitudes, de las que el grupo más numeroso -30 trabajadores- corresponde al departamento de Administración Pública y Justicia. Le siguen -con 21 solicitudes- las procedentes de trabajadores del IVAP (Instituto Vasco de Administración Pública), del departamento de Salud con 17 peticiones, de Educación, Política Lingüística y Cultura con 16, Empleo y Políticas Sociales y Medio Ambiente y Política Territorial, con 11 de cada uno de estos departamentos.
Formación y equipos Según la información facilitada por la consejería de Administración Pública y Justicia, ahora se está terminando de diseñar la formación específica que deben recibir los trabajadores que pronto empezarán a ejercer la modalidad no presencial. Y se está ultimando el proceso de compra de los equipos informáticos necesarios. Aunque el proceso de incorporación habitual al teletrabajo de funcionarios que reúnan determinadas características tenía que haberse iniciado hace unos meses, el Gobierno Vasco explica el aplazamiento hasta después del verano "por motivos organizativos" y con el objetivo "de intentar minimizar los problemas e ineficiencias organizativas que podrían tener lugar haciendo coincidir el comienzo del proyecto con un periodo vacacional".
Destaca también el departamento que dirige Josu Erkoreka que el arranque del teletrabajo por parte de los trabajadores que lo han solicitado se hará coincidir con el regreso al horario habitual -en verano hay jornada continua- y se aplicará con la cadencia que cada departamento requiera.
La puesta en marcha del programa de teletrabajo para empleados de la Administración vasca se reguló a través de un decreto aprobado en mayo del año pasado y que tomó como base un programa piloto denominado Telelana que se desarrolló con gran éxito a lo largo de 2011.
Tras la experiencia de una treintena de funcionarios y una vez regulada la modalidad laboral con un decreto específico, el Gobierno Vasco anunció a principios de este año que a lo largo del ejercicio se implantaría la opción del trabajo no presencial. Tal y como destacó el viceconsejero de Función Pública, Andrés Zearreta, el teletrabajo es una de las herramientas más útiles dentro de las medidas de conciliación familiar. "Nuestra idea -dijo Zearreta tras la aprobación de la jornada anual para 2013- es sacar adelante la posibilidad de que los trabajadores de la Administración que cumplan determinadas condiciones y desempeñen determinadas tareas puedan acceder al teletrabajo. Quien teletrabaje va a estar unos días en su casa trabajando y otros estará físicamente en su centro de trabajo".
De acuerdo con lo estipulado en el decreto de mayo de 2012, podrán teletrabajar los empleados públicos que lleven al menos dos años en su puesto y que desarrollen labores de asesoría, elaboración de informes, traducción y redacción de documentos, gestión de sistemas informáticos y otras funciones similares. Podrán ejercer el teletrabajo durante un periodo máximo de un año, tras el cual deberán volver a la modalidad presencial al menos durante seis meses, pues se trata de evitar el desarraigo.
Tendrán prioridad para optar a trabajar desde casa durante tres días a la semana los empleados con alguna discapacidad temporal o permanente, las víctimas de violencia de género, los que tengan a su cuidado menores de edad o familiares dependientes, o los que estén realizando estudios. También se tendrá en cuenta la distancia del domicilio al centro de trabajo.