Bilbao. "Hay que volcarse también con el maquinista y evitar esos titulares que apuntan a que la única responsabilidad es suya. Es fundamental no criminalizar desgracias como estas", defiende Jon García Ormaza, psiquiatra adjunto del Hospital de Cruces y profesor de Psiquiatría de la UPV.

¿Qué secuelas psicológicas puede sufrir el maquinista del tren accidentado en Santiago?

Evidentemente va a haber un cuadro reactivo ansioso depresivo con sentimientos de culpa importantes, de desesperanza, que es de alguna manera normal, porque cuando ocurre un accidente como estos se produce una conmoción. Existe el riesgo de que esto se agrave y se perpetúe en el tiempo, por lo que requiere atención psiquiátrica.

Tras el accidente dijo que se quería morir. ¿Es una reacción previsible?

Cuando uno es consciente de que un error propio ha acarreado, como en este caso, unas consecuencias tan dramáticas, manejar ese sentimiento de culpa es muy difícil o casi imposible y eso genera un sentimiento de impotencia, de minusvalía, que uno mismo no se ve capaz de afrontar: Es una reacción previsible. Por eso hay que volcarse con las víctimas y sus familiares, pero también hay que dar apoyo total al maquinista, porque uno de los sentimientos más difíciles de encajar es la culpa.

¿Es posible rehacer la vida sintiéndose responsable de tantas muertes?

Esperemos que sí. Va a ser muy importante el carácter y el temperamento que tenga esta persona. Desde luego hay que procurarle todo el apoyo para que así sea. El objetivo tiene que ser que este hombre rehaga su vida y supere este trauma en las mejores condiciones. Parece difícil pensar que esta persona va a tener la fuerza suficiente para volver a pilotar un tren, pero el objetivo terapéutico tiene que ser ese.

¿Cómo ve la sociedad a este hombre: como víctima o verdugo?

Habrá de todo. Desgraciadamente vivimos en una sociedad cada vez más exigente en la que se tiende a criminalizar cualquier fallo de las personas. Tenemos que ser más sensatos. Por mucho que hayan avanzado las cosas, seguimos siendo humanos. Habrá personas que reconozcan estas limitaciones y entiendan que este hombre desgraciadamente se equivocó, y fue una equivocación terrible porque ha generado 80 muertes, pero habrá otras, sobre todo a las que desgraciadamente les haya tocado vivir esto de cerca, que piensen que él es responsable porque fallos así no se pueden tener. Es mucho más positivo para todos intentar aceptar que hubo una equivocación. Lo que nadie quiere dudar es que fue algo totalmente indeseado y que esta persona es la primera que querría haberlo evitado.

¿Es normal que suscite rechazo en el entorno de las víctimas?

Cuando hay un fallecimiento de una persona en circunstancias así una reacción de enfado o rabia es normal. Probablemente a medida que pase el tiempo todas las personas puedan ir aceptando que para nada hubo ninguna mala intención en el maquinista y esos sentimientos irán desapareciendo.

Dicen que en el hospital no quiso recibir asistencia psicológica.

Los momentos posteriores a una catástrofe así son escasamente valorables porque puede parecer que algunas personas lo encajan llamativamente bien y otras, en cambio, tienen una reacción demasiado emocional. Aunque se negara a recibir atención, habría que intentar convencerle y desde luego brindársela porque la va a necesitar. No existe una persona que sea capaz de hacer frente a esto él solo. Él también es una víctima y lo más probable es que ya hayan aparecido esos sentimientos de tristeza, incluso de culpa y de rabia, de enfado.

¿Se puede establecer algún paralelismo entre un cirujano y un maquinista por su responsabilidad?

Sí. Los anestesistas, psiquiatras o cirujanos trabajan en ocasiones con mucha presión y en situaciones de emergencia. Otras profesiones estresantes son la del piloto, maquinista o conductor de autobús, porque tienen una responsabilidad muy elevada y de su desempeño laboral depende al fin y al cabo la vida de las personas que viajan ahí. Por eso hay que procurar que desempeñen su trabajo en las mejores condiciones posibles.

¿Deben tener los conductores de transportes públicos un temple especial?

En general, sí. Va a ser mucho más sencillo si son personas que no tienen un carácter muy nervioso, si tienen, como se suele decir, sangre fría y son capaces de trabajar sobre presión.

Muchos años a los mandos de un tren o el conocimiento de la ruta ¿pueden hacer que uno baje la guardia?

Cuando un trabajo es muy repetitivo corremos el riesgo de que se mecanice tanto que no tengamos el grado de atención que mantenemos cuando realizamos una tarea nueva. Conducir un tren, que va a la misma velocidad por los mismos trayectos, es algo muy mecánico, por lo que es necesario que exista algún sistema que vigile eso y detecte cualquier fallo.