Gasteiz. Un estudio del Gobierno Vasco advierte de que la primacía social del castellano puede, en el caso de perpetuarse, conducir al euskera "a una situación residual e irreversible". Este riesgo tendría su origen el hecho de que los bilingües dominan mejor el castellano y, en consecuencia, lo utilizan más y en que las oportunidades de hablar en euskera son limitadas. El viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika, y el autor del estudio, Iñaki Martínez de Luna, presentaron ayer el trabajo El euskera en la CAPV: competencia, uso y opinión. Análisis y reflexiones que analiza el peso que distintos factores como la lengua materna, el modelo lingüístico, la ideología o la opinión influyen en el conocimiento y uso del euskera.

Así, constata que los factores más importantes para transmitir el euskera son por este orden la familia y la escuela, mientras que el elemento clave en el caso de su utilización es el disponer de un ámbito social (familia, trabajo y amigos) en el que poder hablarlo. La ideología y el sentimiento identitario, en cambio, no son un factor "estadísticamente significativo".

Martínez de Luna, doctor en Sociología por la Universidad de Deusto, sostiene que el uso del euskera tropieza con la existencia de un bilingüismo social "desequilibrado"; es decir, con el hecho de que solo una minoría hable euskera frente a una mayoría que habla castellano. Y ello, sostiene, limita el derecho a elegir el idioma. Un segundo obstáculo para el avance social es, a su juicio, el predominio de un bilingüismo individual también "desequilibrado" ya que una elevada proporción de bilingües tiene mayor facilidad en castellano que en euskera y ello hace que la tendencia espontánea de uso sea hablar la primera de las lenguas.

Desequilibrio Este análisis le lleva a concluir que "hay un riesgo efectivo de que la situación actual de bilingüismo social desequilibrado con el paso de los años acabe llevando al euskera a una situación residual e irreversible". Una segunda conclusión es que las condiciones necesarias para "el cumplimiento de los derechos lingüísticos previstos por la ley dista mucho de ser una realidad".

Baztarrika, por su parte, advirtió que ni de esta ni de ninguna otra investigación hay que sacar la conclusión de que son "más los oscuros que los claros" en el proceso de normalización del euskera, y abogó por huir tanto de la autocomplacencia como de los discursos "victimistas o agonizantes". "Es esta sociedad, que tiene dos lenguas, la que necesita para una convivencia armónica que haya equilibrio entre las lenguas. No son las lenguas, somos nosotros quienes para poder convivir de una forma mucho más armoniosa y libre, y que sea efectiva la libre opción de lengua necesitamos un equilibrio mayor del actual", describió.

Baztarrika destacó que la sociedad vasca es "más bilingüe que ayer, pero estamos lejos aún del bilingüismo social e individual equilibrado. El euskera tiene garantizada su supervivencia para dos o tres generaciones, pero no se puede afirmar lo mismo en relación a su vitalidad. Lo que está en juego es la vitalidad del euskera, que pase de ser patrimonio de todos a lengua de todos".