pOCAS cosas como un local con el cartel de Se vende ejemplifican mejor el azote de la crisis. Estancias inertes, vacías de forma y contenido, en las que un día hubo trabajo e ilusión pero que el tiempo y la recesión convirtieron en polvo y mugre. Algunos incluso, como en los casos de los nuevos barrios, ni siquiera han tenido ocasión de vestirse de gala y atraer la mirada de los transeúntes. Vitoria conoce esta pandemia como pocas ciudades. La Gasteiz céntrica asiste impertérrita al desalojo de establecimientos históricos que no encuentran sucesor en las nuevas generaciones. Mientras tanto, la amplia y luminosa Green Capital de Salburua y Zabalgana sufre los mismos síntomas con distinto germen, pues son en su caso los jóvenes emprendedores los que no encuentran resquicio para ubicar sus sueños en locales costosos sobre los que bancos y cajas han levantado un muro de contención en forma de créditos. El comercio en la capital alavesa pierde sangre, y las transfusiones del Ayuntamiento intentan revitalizar al moribundo de mil formas distintas. Muralia es una de ellas.
El objetivo, maquillar el exterior para mejorar el interior. Al menos ésa es la intención con la que el Consistorio dio a luz esta iniciativa hace ya un lustro. "Mejorar la imagen exterior de los locales comerciales es una de las estrategias para incentivar su ocupación, porque al estar sin actividad durante un periodo de tiempo prolongado presentan un aspecto externo descuidado", reza la nota consistorial de la quinta edición de Muralia. Si no lo consiguen, al menos en este caso el esfuerzo de los artistas sí habrá merecido la pena. "Sinceramente no creo que una zona vaya a revitalizarse porque hayamos pintado un par de locales, pero al menos es una forma de poder disfrutar de estas obras", explica Alain Larreina, uno de los dos ganadores que ha logrado obtener una pequeña inyección monetaria.
En total, doce locales de Vitoria cuentan ya con otras tantas obras decorando sus fachadas con motivos locales, entre ellos, los dos premios principales que han ido a parar a Eduardo Alsasua, con la obra Vitoria-Gasteiz! y al citado Alain Larreina por Sota, caballo y rey por la Avenida. El primero puede presumir de ser ya el pintor más laureado del certamen, pues desde su taller de la calle San Antonio se ha impuesto ya en las tres últimas ediciones de Muralia. Su estado de gracia se eleva aún más si cabe al haber conseguido sumar un doblete. Además de vencer en dicho concurso, Alsasua se proclamó ganador hace apenas cinco días del VII Certamen de pintura al aire libre organizado también por el Ayuntamiento gasteiztarra. Curiosamente, en ambos casos contó con la misma modelo, la plaza de la Virgen Blanca.
En unos tiempos complicados para cualquier profesión, el pintor admite que este tipo de certámenes son una forma de lograr un dinero extra. "Está el tema complicado y por supuesto en mi caso también me interesa participar en algo así para poder optar al premio. Quedar entre los finalistas te permite ya cubrir costes y ganar te sirve para tener unos ingresos extras", admite el artista gasteiztarra, que tardó en completar su mural siete días de trabajo de sol a sol y que ha repetido triunfo en categoría de pintura con un mural que aúna la escultura de musgo de la Virgen Blanca con distintos motivos plenamente vitorianos.
"Están el Baskonia, el ascenso del Alavés, el Festival de Jazz, Celedón, el Azkena Rock, la procesión de los faroles... El tema de esta edición se centraba en temas emblemáticos de Vitoria, y eso fue lo que busqué", explica Alsasua, cuya obra puede contemplarse en la fachada de un comercio vacío en la calle Oion, 4 del barrio de Zabalgana. Ganador también de las ediciones de 2011 y 2012, en esta ocasión ha dejado abierto otro primer puesto para una nueva categoría, los vinilos, que en lugar de pintarse directamente sobre las fachadas o escaparates de los locales se colocan en la parte interior sin tocar la estructura exterior. El mejor vinilo ha obtenido un premio de 1.750 euros, frente a los 1.900 del galardón destinado a pintura.
"Este año tenía más esperanzas de ganar algo al ser el primero en el que los premios se separan en dos categorías, porque hasta ahora con un premio único para las dos era imposible quitárselo a Eduardo, que es muy bueno", asume Alain, que plasmó con un estilo de cómic a los tres protagonistas de la baraja pedaleando por la Avenida Gasteiz con el botánicamente renovado Palacio Europa a sus espaldas. "Tuve que comerme un poco la cabeza porque el tema de la obra estaba más acotado y había que buscar una forma de destacar", sostiene el creador de la obra situada en la calle Canciller Ayala, 1. Precisamente, el motivo central sobre el que debían girar este año las obras de los artistas fue motivo de polémica en el Consistorio cuando se dieron a conocer las bases de la presente edición.
itinerario muralístico Frente a los temas más genéricos y neutros de convocatorias anteriores -los alimentos o la actividad de los comercios, por ejemplo- en este 2013 el Ejecutivo de Javier Maroto pedía a los autores que sus pinturas giraran en torno a "los proyectos de la ciudad que actualmente están en construcción" o "estampas representativas de la ciudad". Fue el primer punto el que provocó que el PNV acusara al grupo popular de buscar "publicidad gratuita" utilizando las obras de los artistas como soporte. Entre las doce pinturas y vinilos premiados sí que hay alguno circunscrito a dichos proyectos municipales, como las obras Entropía o Estación intermodal, que albergan una representación pictórica de lo que será la nueva estación de autobuses de Vitoria. El parque de La Florida, la muralla o el día del Blusa son otros de los motivos elegidos por los artistas para plasmar con sus pinceles las bondades de una capital alavesa que tiene aún en el horno otro gran proyecto de revitalización artística con el barrio de Zaramaga como escenario.
A partir del próximo 2 de septiembre, la fachada del edifico situado en el número 28 de la calle Reyes de Navarra iniciará un lavado de cara que en principio no concluirá hasta el 12 de octubre. El exterior del bloque ubicado en Zaramaga ha sido elegido para formar parte del conocido itinerario muralístico de la capital alavesa que durante los últimos seis años ha tenido como lugar de trabajo el Casco Viejo. Por primera vez sus pinceles y brochas abandonan la parte alta de la ciudad para adentrarse en una nueva fachada que, en esta ocasión, tendrá los trágicos sucesos del 3 de marzo como tema central del mural. Contando con la colaboración de la Asociación de víctimas del 3 de marzo, el artista gasteiztarra Javier Hernández Landazábal será el encargado de liderar el diseño y ejecución junto a la muralista y responsable de la iniciativa, Verónica Werckmeister. Un nuevo impulso al entramado artístico -y comercial- de una Vitoria que busca en el arte una vía para reafirmar su imagen de ciudad.