Navaridas/Leza. Han competido, han sudado y, sobre todo, se han divertido. Las II Olimpiadas Rurales de Rioja Alavesa finalizan esta tarde dejando muy buen sabor de boca a los organizadores y a los participantes, aunque la afluencia de equipos haya sido inferior a la del año pasado. Tanto los ayuntamientos de Navaridas como el de Leza y las asociaciones El Cerrillo y Amigos de Leza han dado un paso más para consolidar este convocatoria, que recupera juegos tradicionales o pone en clave actual otros con años de existencia.

Eso sí, ayer mismo quedó claro que los que mejor se lo pasan son los padres de los chavales, por un lado, y especialmente los jovencísimos atletas que logran parodiar el símil de Villarriba y Villabajo en el pique para ver si los equipos de uno u otro pueblo son los mejores. "Somos los mejores, chaval, hemos ganado", decían, dejando de lado la necesaria modestia deportiva, los chavales de Navaridas. Los de Leza no dudaron en replicar. "Ése es un equipo que no tiene brazos ni para comer", atacaban. Con algo más de mesura, las chicas del equipo, porque aquí los equipos no hacen diferencias por sexos, explicaban que "ganan porque son ágiles y son pequeñitos", mientras que su compañeros seguían gritando que "porque son los mayores de su categoría". Al final, lo importante es que todos son amigos, participan y han disfrutado de lo lindo.

Al pie del cañón, Aitor Senar, el técnico municipal de los ayuntamientos de Leza y Navaridas, recordaba cómo había sido el comienzo de las Olimpiadas Rurales el viernes. La maña se encendió en Navaridas y todos los equipos se fueron dando el relevo unos a otros hasta llegar a Leza, que es "donde se ha producido la lectura del pregón, a cargo de Izaki, que hace una labor estupenda con los niños bielorrusos de la zona".

Para el recorrido entre las dos localidades se previeron puntos de relevo cada cien metros aproximadamente y en cada uno de esos lugares hubo equipos de entre tres y cinco personas encargados de cubrir el tramo hasta el próximo relevo. De esta forma, al ir por los caminos rurales, se veló por la seguridad de los corredores y no se interrumpió el tráfico en ningún momento. Así, en apenas media hora, se hizo el recorrido entre los dos municipios. En Leza esperaba el bulto grande, muchas personas con ganas de presenciar un acontecimiento en el que se habían inscrito alrededor de cien personas para participar en las diversas disciplinas deportivas contempladas.

Tras el pregón, hubo juego de bolos y carrera de sacos. "Y terminamos la jornada con un bingo olímpico, que es un bingo de toda la vida con la coletilla de olímpico. Eso sí, el panel tenía unas pelotitas de ping pong que lo hacen diferente. Además, hubo pintxope por los bares", explicaba ayer Senar, sin perder de vista a los participantes de la competición.

Las actividades en Leza se llevaron a cabo en una cancha vecina a la piscina, un lugar perfecto, ya que estaba hormigonado, disponía de arbolado con sombra, servicios, buen aparcamiento y la piscina al alcance de la mano. En ese espacio se retomaron ayer las pruebas, a las 10.30 horas, con sokatiras para mayores y carreras de carretillas por relevos entre los niños. Continuó el tradicional juego de robar el pañuelo y terminó la mañana con la prueba Ahorrando agua'. Además, a partir de las 14.00 horas se pudo disfrutar de un pintxo-pote a 1,5 euros en los bares y restaurantes de la localidad.

Por la tarde se estrenó un nuevo juego que sustituyó al celebrado el año pasado, la carrera de recogida de mazorcas. En esta ocasión, las mazorcas se reemplazaron por diversos residuos que debían ser coloca dos en los contenedores adecuados, como una forma de sensibilizar a los pequeños en el adecuado uso de los cubos de la basura. Finalmente, como broche, tuvo lugar un triatlón, en el que hubo natación, ciclismo y carrera a pie durante 500 metros.

Para hoy domingo se han previsto diversos juegos y talleres para los niños, así como el concurso de lanzamiento de chapela. Al finalizar todos, se entregarán los premios y recuerdos de esta celebración.

Lo cierto es que la experiencia ha servido para demostrar que no hacen falta grandes cantidades de dinero para organizar un verdadero espectáculo que tenga impacto entre la gente. "La idea se le ocurrió a Natalia, una de las personas que organizan actos en Leza, el pasado año", recordaba Garikoitz Eguiluz, concejal de Leza, "al ver que todos los días daban en la televisión lo que faltaba para los Juegos Olímpicos de Londres, así que propuso la idea, hablamos los dos ayuntamientos y nos pusimos en marcha". Al proyecto se sumaron la Cuadrilla de Rioja Alavesa, la Ruta del Vino y otras entidades que respaldaron la iniciativa.

Con esas ayudas y la buena voluntad de todo el mundo, se han podido recuperar estos viejos juegos que se han reconvertido en pruebas olímpicas, como las carreras de carretillas, el lanzamientos de bolos, el robo del pañuelo y un sinfín de actividades, y se han puesto al servicio de la convivencia entre pueblos, como un valor además de atracción para el turismo.