vitoria. El carril-bici de la calle Badaia es el que más quejas suscita entre los ciclistas. Un punto negro -advierten- para el que el Ayuntamiento ya busca solución, según ha podido saber este periódico. Pintado en sentido contrario a la circulación -como en otras zonas de la ciudad- no invita a los cicloturistas a bajar de la acera por miedo a ser atropellados. Este vial no está señalizado como zona 30 y los coches pasan a la misma velocidad que en cualquier otra calle sin medidas de calmado de tráfico. Al menos esta es la razón que esgrime el gobierno de Maroto cuando denuncia que está mal hecho. "No lo utiliza casi nadie", dice, recordando que este bidegorri se colocó en la legislatura de Lazcoz.

La denuncia de los ciclistas aparece reflejaba en el informe hecho por los policías municipales que han participado en la campaña informativa sobre las zonas 30. "Hemos detectado que es un carril-bici controvertido, peligrosísimo, por el que los usuarios de la bici no se atreven a circular, y es un problema que tenemos que resolver", apuntan desde el Ayuntamiento. No saben aún si con la instalación de bolardos que sirvan a los bicicleteros de barrera de protección o con cualquier otra medida; en cualquier caso, "una alternativa que no suponga la vuelta de las bicis a la acera", aclara el Ayuntamiento.

En general, los carriles-bici pintados en la carretera en sentido contrario a la circulación han sido fruto de la polémica entre los bicicleteros desde el principio, pese a que los expertos en Movilidad sostienen que es la forma más segura de circular y lo que se lleva en otros países con mayor cultura de la bicicleta, siempre que se habiliten en calles en las que se frena la velocidad de los vehículos, para que los bicicleteros no tengan la sensación de que un coche les va a arrollar de un momento a otro. Al margen de las quejas recibidas por este bidegorri en concreto, el balance hecho por los agentes resuelve que dos de cada tres ciclistas circulan de forma correcta por la ciudad, un motivo de satisfacción para los responsables municipales porque lo pretenden con los cambios circulatorios introducidos los últimos meses es que las bicis salgan de las aceras y zonas peatonales para dejar este espacio a los peatones.

alegaciones a la ordenanza Precisamente, éste es uno de los puntos más polémicos de la futura ordenanza de la bicicleta, que el martes se debatirá en sede municipal. Acabado el plazo de presentación de enmiendas de los partidos, el PSE ha presentado 37 alegaciones, EH Bildu 30 y el PNV, 17. La intención del ejecutivo popular es aprobar definitivamente este reglamento en septiembre para que entre en vigor en octubre. No obstante, aún faltan por definir -lo harán PP y PNV- las restricciones al paso de las bicis por las calles peatonales del centro de Gasteiz. El gobierno ya presentó una propuesta -prohibir su circulación en horario comercial- que inmediatamente contó con el rechazo de los ciclistas, por lo que Maroto la retiró con la intención de fijar una franja horaria más amplia y no tan restrictiva para los bicicleteros, diferenciando también entre invierno y verano, porque la afluencia de viandantes por la Virgen Blanca, por ejemplo, no es la misma a las diez de la noche de julio que de febrero.

a vueltas con la pintura Otro problema al que no acaban de encontrar solución es al de la pintura amarilla con la que se han señalizado los pasos de cebra en zonas de calmado de tráfico. La empresa ya los repintó hace unos meses porque el color se fue a los pocos días de su estreno. Lo achacaron entonces a la lluvia y al mal tiempo. Este mes, sin embargo, no ha llovido y en la zona de los juzgados ya han tenido que volver a pintar sobre los pasos peatonales ya repintados.