Vitoria. Los colectivos alaveses contra el fracking pusieron ayer el grito en el cielo. De hecho, desvelaron que desde hace algunos días están en marcha las pruebas sísmicas para la exploración de hidrocarburos en distintos enclaves del valle de Ayala y del territorio de Bizkaia, enmarcadas en el permiso SAIA.
Según los grupos Fracking ez Araba y Fracking ez Aiaraldea, la empresa Shesa, la firma del EVE que lidera el proyecto de búsqueda de gas a través de la técnica de la fracturación hidráulica, argumenta que el plácet buscaría investigar la existencia de hidrocarburos convencionales. Es decir, se pretendería localizar las zonas en las que las potenciales rocas almacén presentan unas mejores condiciones de reservorio para el gas convencional.
Por tanto, las exploraciones no van a echar mano de la técnica del fracking para estas exploraciones ni para una hipotética posterior explotación.
Cabe recordar que el citado permiso de investigación -que abarca parte de Álava y Bizkaia, y ocupa alrededor de 50.000 hectáreas- se otorgó por el Gobierno Vasco el pasado 4 de diciembre, con una vigencia de seis años.
Sin embargo, pese a la postura oficial, los colectivos antifracking señalaron que "no tenemos ninguna garantía de que todos los avances e investigaciones que se hagan bajo el paraguas de la búsqueda de recursos convencionales no sean luego utilizados en la extracción de hidrocarburos no convencionales y no estaría de más recordar que la ubicación de varios pozos en los que se pretende hacer fracking ha sido seleccionada sobre líneas sísmicas hechas hace años en las que originalmente se buscaban recursos convencionales".
Estos grupos también explican que las pruebas sísmicas buscan conocer la composición de las capas del subsuelo. Para realizarlas, se realizan una serie de vibraciones con unos camiones habilitados para la labor. Las respuestas al estímulo se recogen en una serie de geófonos colocados en el suelo, que sirven para recoger los datos de la investigación. El análisis obtenido dará a las empresas perforadoras la información para hacer un mapa aproximado del subsuelo y decidir, a partir del mismo, cuál puede ser la ubicación más favorable para instalar pozos de exploración o explotación de gas.
En cualquier caso, y pese al rechazo social a esta técnica de búsqueda y extracción de gas no convencional, el diputado general de Álava, Javier de Andrés, volvió a insistir ayer en que Álava no puede "renunciar" a ninguna "oportunidad" de extracción de gas que pueda generar "dinero y bienestar".
En el Pleno de control de ayer, el mandatario popular explicó que "no estoy dispuesto a paralizar la actividad en todos los órdenes por si ocurre algo". Bajo el mismo discurso, añadió que es necesario que se aprovechen los recursos de manera sostenible y segura y abogó por estudiar los riesgos, aunque sostuvo que "ojalá se pueda extraer gas sin consecuencias negativas".
Aparte, el diputado general censuró ayer al PNV por no rechazar en el Congreso de los Diputados la prórroga concedida a la central de Garoña como lo hace en las Juntas Generales alavesas debido, a su juicio, a los activos que Kutxabank tiene en Iberdrola, una de las propietarias de la nuclear. De Andrés respondió así a la pregunta del portavoz jeltzale en la Cámara foral, Ramiro González, sobre la postura de la Diputación tras la decisión del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). >dna