llodio. La violencia machista volvió a mostrar ayer su cara más amarga en Álava, todavía conmocionada por el asesinato de un vecino de Gasteiz este pasado miércoles en el garaje comunitario de su vivienda. Amagoia Elezkano, una joven natural de Orozko de sólo 26 años y madre de un bebé de corta edad, fue acuchillada hasta la muerte por su marido en plena noche en el domicilio que ambos compartían en Laudio y se convirtió, de esta forma, en la primera víctima mortal de esta lacra social en Euskadi en lo que va de año 2013.
El presunto homicida, de 49 años, no contaba con antecedentes por violencia de género ni denuncias previas y poco después de acabar con la vida de su compañera telefoneó a su hermana para contarle lo sucedido. Ésta se presentó de inmediato en el piso, ubicado en la céntrica calle Urumea, junto a la Herriko Plaza, y decidió dar aviso a la Ertzaintza alrededor de las 5.20 horas. Era el inicio de una jornada negra para los vecinos de esta tranquila localidad ayalesa.
Tras recibir la fatal comunicación, la Policía autonómica se personó poco después en el domicilio, ubicado en el segundo piso del número 4 de la ya citada vía peatonal y procedió al arresto del autor del crimen, que no opuso resistencia, y al decomiso de un cuchillo de cocina, con el que supuestamente había matado a su esposa. La cuñada de la víctima también se hizo cargo del bebé de la pareja, Unai, de sólo 15 meses de edad y que padece algunos problemas de salud.
consternación A medida que la trágica noticia comenzó a trascender, la estupefacción y la rabia se adueñaron de un vecindario poco acostumbrado a sucesos de estas características. Muchos se congregaron cerca del lugar de los hechos, que fue acordonado, para encontrar respuestas, muchos de ellos todavía sin creerse lo que acababa de suceder.
El arrestado, natural de Portugalete, fue trasladado en un principio a dependencias policiales pero poco después de las 9.00 horas regresó acompañado por la Ertzaintza al piso para realizar la reconstrucción del crimen. También acudieron al domicilio agentes de la Policía Científica para efectuar la oportuna inspección ocular y recoger pruebas, entre ellas el arma blanca.
No fue hasta una hora más tarde cuando una comitiva judicial ordenó el levantamiento del cadáver de Amagoia, que fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Gasteiz para realizarle la autopsia. Cuando el presunto asesino, tapado con una manta, volvió a pisar la calle escoltado por agentes de la Ertzaintza numerosos vecinos le increparon e insultaron, una muestra de la indignación que ha sacudido Laudio.
Amagoia era una joven muy querida, especialmente en Orozko, su localidad natal, separada de Laudio por apenas ocho kilómetros. Compartía el piso con su pareja desde hacía unos meses -vivían de alquiler- pero todos los días se desplazaba a Orozko, donde trabajaba como monitora en una residencia de niños con discapacidad intelectual. Sus compañeros de trabajo no daban crédito tras conocer la noticia de su asesinato. Los padres de la víctima, entretanto, recibieron la trágica noticia en torno a las 7.00 horas. Un vecino que pudo estar con ellos aseguró que se encontraban "desolados y destrozados" tras conocer la muerte de Amagoia, que deja a tres hermanos más.
Según desveló a la agencia Efe una vecina del inmueble donde se produjo el crimen, Amagoia era "muy agradable y su marido más serio pero correcto", así como que ambos llevaban una vida aparentemente "normal" y que nunca había oído gritos o golpes. Otro vecino, en cambio, sí advirtió de que "en torno a la medianoche" escuchó "ruidos y golpes" procedentes del segundo piso, aunque en ningún momento pudo imaginarse que se trataba de un crimen "porque nadie esperaba que iba a pasar esto". Un residente del número 5 de la misma calle Urumea, entretanto, relató que el miércoles había coincidido con la pareja en el ambulatorio al que solían acudir y que el homicida "estaba nervioso y muy alborotado", algo que no le pareció "normal". Otro vecino también aseguró que vio al marido de la víctima "muy irritado" antes de que sobreviniese la tragedia.
Las muestras de repulsa al asesinato no se hicieron esperar. Llegaron desde todas las instituciones vascas y alavesas, incluso desde el Congreso de los Diputados, y desde Emakunde, la oficina del Ararteko o la asociación Clara Campoamor. Además, tres concentraciones recordaron a la fallecida tanto en la localidad del crimen como en la que le vio nacer, Orozko, y Gasteiz, convocada por la Plataforma Feminista de la capital alavesa.