El euskera en segundo plano. O en otra localidad. Ésa es la denuncia elevada por parte de la comunidad escolar de Murgia, localidad en la que un grupo de padres ha elevado la voz para sonrojar al responsable de que no puedan matricular a sus hijos en el denominado modelo D, es decir, con una enseñanza con la lengua de los vascos como vehicular y el castellano como asignatura. Estos hechos suceden, tal y como denunció ayer el Observatorio de Derechos Lingüísticos, Behatokia, en la escuela Virgen de Oro de la citada villa, que es cabecera y principal en el municipio de Zuia.

Según la directora de la citada organización, Garbiñe Petriati, "es inaceptable que después de más de 30 años, en el territorio histórico se conculque el derecho a estudiar en la propia localidad y que unos padres no puedan matricular a sus hijos en el modelo D". Al parecer, el problema no es nuevo. Según los datos ofrecidos ayer en rueda de prensa, durante varios años los padres que optaban por el modelo D han tenido que matricular a sus hijos en la escuela de la localidad de Izarra, a siete kilómetros de Murgia.

Behatokia conoció por primera vez este caso en febrero y desde ese mismo momento ha estado trabajando en la búsqueda de una explicación. Según su versión, se ha intentado conocer el motivo que hace imposible estudiar completamente en euskera en el Virgen de Oro. Y, al parecer, sin demasiada suerte. "Nos hemos dado cuenta de que no hay ninguna razón, de que no hay ningún motivo para que los alumnos que empiezan en la escuela en el primer curso de Educación Infantil no puedan hacerlo en el modelo D", sentenció Petriati. Por ello, el grupo de padres y madres damnificados por la situación se han unido para poner en común una solicitud: que se garantice el derecho a estudiar en el modelo D en Murgia a todos aquellos alumnos que se matriculen en el primer curso de Educación Infantil a partir del próximo mes de septiembre. Aparte, para dar a conocer la situación que viven sus hijos, el colectivo de afectados ha producido un breve documental que se puede ver en la web http://vimeopro.com/duintasun/bideak/. También, se han solicitado varias reuniones con los responsables del Departamento de Educación, así como con la oficina del Ararteko y los representantes de Elebide. Según la respuesta que se les traslade, los padres que han elevado esta queja no descartan la opción de trasladar el tema al Parlamento Vasco.

Dadas las circunstancias, Petriati insistió en que "saber euskara también es una vía para trabajar y vivir aquí, un medio para la integración y la convivencia y es innegable que hoy en día el único modelo lingüístico que garantiza su dominio, que garantiza saber euskara, es el modelo D".

Junto a ella, los propios padres añadieron sus pesares en primera persona. Natxo Ruiz, uno de ellos, indicó que, como todo el mundo, quieren lo mejor para sus hijos. Por eso apuestan por el modelo D. "Eso lo tenemos muy claro ya que actualmente es el único que garantiza el aprendizaje del euskara y del castellano". Al respecto, también señaló que "en nuestro caso, nosotros queremos que nuestro hijo sea euskaldun porque, entre otras cosas, sabemos que el euskara le abrirá puertas (...). Yo quiero a mis hijos integrados en la sociedad; el futuro viene en euskara y tengo claro que saber euskara es también una vía para evitar la exclusión social", añadió Ruiz.

Experiencia personal Según su experiencia, a principio de año fueron a la escuela Virgen de Oro de Murgia con la intención de matricular a su pequeño de dos años. Llevaron toda la documentación necesaria para realizar la matricula y allí mismo expresaron a la directora del centro su intención de matricularlo en el modelo D. "Para nuestra sorpresa, nos respondió que no podíamos elegir como primera opción en Murgia el modelo que queríamos para nuestro hijo", se sinceró justo antes de explicar que "la directora nos dejo claro desde el primer momento que si queríamos que nuestro hijo estudiara en el modelo D la única opción era llevarlo a Izarra, a siete kilómetros de nuestro pueblo". Por ello, y una vez comprobada la situación en la que no se estaban garantizando sus derechos decidieron recurrir al Observatorio de Derechos Lingüísticos Behatokia.