vitoria. Las cuentas del Ayuntamiento de Vitoria están perfectamente saneadas. Durante 2012, la diferencia entre ingresos y gastos en el Consistorio, sociedades municipales y organismos autónomos ha sido prácticamente igual a cero (en concreto, 112.000 euros de superávit para un Presupuesto de más de 350 millones), y ayer el concejal de Hacienda, Manu Uriarte, compareció ante los grupos para presentar estos primeros números negros de la crisis.

Esa es la cara de la moneda. La cruz es la de los recortes en servicios públicos y política social que han posibilitado ese equilibrio presupuestario, un tijeretazo que ayer PNV, Bildu y PSE coincidieron en afear al representante del gobierno del PP, y de hecho la presentación fue rechazada con el voto negativo de abertzales y socialistas y la abstención de los jeltzales.

El debate en el Ayuntamiento es exactamente el mismo que copa las intervenciones en el Congreso de los Diputados, en las reuniones del Eurogrupo y hasta en el FMI. ¿Es lícito equilibrar un Presupuesto a costa del bienestar de los ciudadanos para los que se gobierna? ¿Son sostenibles esas prestaciones sociales cuando son pagadas con un dinero que las instituciones no tienen, a costa del déficit?

El gobierno cree que no, y de hecho ayer Uriarte acusaba a PSE y Bildu de querer gestionar la ciudad "sin pensar en qué va a pasar mañana". El concejal de Hacienda defendió que el equilibrio presupuestario alcanzado -el año pasado el déficit era de cinco millones de euros- evita la aplicación de un plan de saneamiento en el Consistorio y permite que las entidades bancarias abran sus puertas a la institución para concederle el crédito que niegan a otros ayuntamientos. Todo ello, además, en un año en el que se han acabado los periodos de carencia concedidos por las entidades financieras, lo que ha elevado de forma notable las cuotas que Vitoria paga a los bancos por los préstamos firmados en el pasado. Gasteiz, por lo tanto, ya no gasta más de lo que ingresa, y en el PP creen que se debe seguir en la misma senda en el futuro inmediato, según advirtió Uriarte.

En el camino hacia la estabilidad presupuestaria, sin embargo, se han quedado muchas personas que han perdido su empleo en el Ayuntamiento, y los más necesitados han visto recortada la asistencia municipal. Según el portavoz de Bildu en la Comisión de Hacienda, Antxon Belakortu, 2012 se ha cerrado con "el menor presupuesto para gasto social de los últimos seis años", por lo que la estabilidad en la caja llega gracias "al paro y la desprotección de los que peor están. Hoy -sentenció- vienen a celebrarlo". Belakortu, al igual que Marian Gutiérrez, del PSE, defiende que el déficit también se puede combatir aumentando los ingresos vía fiscalidad. Gutiérrez, que mostró sus dudas sobre el destino de los dividendos de Ensanche 21 y afeó al PP que haya pagado a las pymes a 51 días cuando le ley estipula un máximo de 40, abogó por una política fiscal que haga "aportar más a los que más tienen". Por su parte, Borja Belandia, del PNV, alertó sobre el peligro de "obsesionarse por los números negros" y defendió la búsqueda del equilibrio entre "sanear las cuentas y prestar servicios públicos de calidad".

Para Uriarte, sin embargo, el ahorro es lo primero, y de hecho repitió varias veces que sólo "un ingenuo" podría aceptar que los ingresos del Ayuntamiento vitoriano pueden aumentar de forma significativa aplicando una nueva política fiscal.