vitoria. Eroski con los coles, que así se llama este proyecto, está apadrinado por el atleta local Martín Fiz. Tras su presentación ayer en el Palacio Europa, Russolillo descubrió a DNA algunas claves de lo que debe ser una vida saludable.
¿Qué nos ha empujado a abandonar poco a poco esa cocina de cuchara, de familia?
Desde luego, no es debido a la incorporación de la mujer al trabajo, y esto lo quiero dejar muy claro. Es un cambio que se debe a un giro antropológico general, del estilo de vida que llevamos, que nos empuja a comer solos cada vez más. Los tiempos cambian, se vive más deprisa y la clase media se ha estandarizado, lo que implica que se tengan que atender distintas necesidades y que se deje en un segundo plano esa parte de cocinar productos frescos y comerlos en familia.
Al final, ese estilo de vida rápido tiene sus consecuencias.
Vivir deprisa, estresados, tiene varias consecuencias sobre la salud, pero la principal es que dejamos de cocinar. Y cuando dejamos de cocinar, dejamos de cocinar sobre todo productos frescos, lo que significa que vamos a tomar más alimentos procesados y precocinados. Y eso está vinculado a la obesidad. En el momento en el que uno vea que cada vez cocina menos platos tradicionales, debería hacer un esfuerzo en dedicarle un poco más de tiempo a la compra, a planificar los fines de semana muy bien para cocinar para toda la semana y organizarse muy bien la nevera y la despensa.
Los datos de sobrepeso y obesidad comienzan a ser alarmantes.
Según el Libro Blanco de la Nutrición, afectan a un 30% de la población infantil y a casi un 50% de los adultos. Otro dato muy alarmante es que el 90% de los niños no consumen la cantidad recomendada de frutas y hortalizas. Esto es muy malo, porque son los únicos alimentos que podemos considerar sanos per se. No sólo nos preservan la salud, sino que nos la mejoran. La gente piensa que es porque tienen fibra, vitaminas y minerales, pero la razón principal de que sean tan saludables es por los fitoquímicos vegetales que contienen, unas sustancias que producen los vegetales para defenderse de los virus, de los hongos y de las bacterias. Estas sustancias tienen una capacidad antioxidante muy fuerte y previenen numerosas enfermedades, como la patología cardiovascular, la obesidad o el cáncer. Cuando no están presentes en nuestra dieta, aparecen todas estas enfermedades.
Se suele hablar de cinco raciones diarias de frutas y hortalizas.
Efectivamente. Hay que tomar tres piezas de fruta al día y otras dos raciones de verduras u hortalizas.
En general, ¿cómo debe ser una alimentación saludable?
La población tiene que asumir que debemos hacer una alimentación cada vez más tendente hacia el vegetarianismo. Hay que tomar menos alimentos de origen animal y más de origen vegetal. Esto no quiere decir que no haya que tomar carne, pescado o huevos, o que sean malos, sino que la mayor parte de los alimentos de nuestra dieta deben ser procedentes del mundo vegetal. Con una ración al día de alimentos de origen animal, es suficiente. Hay que comer más frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceites de semillas y menos carne, huevos, pescados, quesos y embutidos. Y cuando vayamos a elegir de entre este grupo, decantarnos preferentemente por los pescados.
Incidir sobre la población infantil también es muy importante.
Sí. No sólo se trata de enseñarles a comer sano, sino de que lleven un estilo de vida saludable. De ahí la importancia del ejercicio físico y de tener un entorno saludable. Y de que vean a sus padres comer fruta, porque nunca lo van a hacer si no lo ven.
¿Por qué cree que en este aspecto las autoridades van por detrás?
Tengo que denunciar que los ciudadanos vascos están en una situación de indefensión absoluta respecto a otras comunidades como Cataluña y todo Europa, porque no hay dietistas ni nutricionistas en Osakidetza. Los ciudadanos tienen que pagar esto de su bolsillo y no hay médicos ni enfermeras que sean capaces de hacer esta labor. Si una madre va con su hijo obeso a un centro de atención primaria va a volver a su casa igual que ha llegado, con el siguiente mensaje: Que el niño coma menos, que no tome chuches y que haga más ejercicio. Eso ya lo sabemos. Pero los niños con obesidad necesitan de un nutricionista que les pueda identificar el problema, personalizar un tratamiento dietético que consiga que éste no se sienta diferente de los demás. Osakidetza debe tomar buena nota, porque por cada euro invertido en consejo dietético la comunidad va a recuperar en ahorro de costes sanitarios entre 14 y 63 euros.
¿Cómo calificaría esas dietas milagro que tanto proliferan?
Son un fraude absoluto y un engaño que cala tan fuerte en la población porque los servicios de un dietista nutricionista son de pago. ¿Por qué no calan estas dietas en países como Alemania o Inglaterra? Porque aquí la gente recurre al método fácil. La dieta Dukan, por ejemplo, no sólo es un fraude, sino que puede suponer un riesgo muy importante para la salud porque retira las frutas y las hortalizas de la dieta del paciente.