vitoria. La red de centros cívicos de Vitoria fue pionera y con el tiempo se hizo modélica, gracias a su buen servicio, una completa oferta de actividades y precios tan atractivos que podían llegar a resultar irrisorios. Pero llegó la crisis, agujereó las arcas municipales y el gabinete de Javier Maroto tuvo que tomar decisiones para seguir manteniendo el engranaje. La primera, a mediados del año pasado, fue la más polémica: de forma unilateral, suprimió decenas de cursos, con la justificación de que no podía seguir sufragando la práctica totalidad de los costes. Después, tras debates y presiones, llegó la del consenso: PP, PNV y Bildu pactaron una subida de las tarifas de las actividades, algunas especialmente desfasadas, recuperando la programación eliminada pero sin llegar a cargarse la filosofía original del servicio.

El incremento, que supone una cobertura del coste de hasta el 70%, ya se ha aplicado. Y ha tenido especial impacto para quienes no son socios de las instalaciones municipales. Por poner algunos ejemplos, el uso de las ludotecas durante seis horas ha pasado de 2,52 euros al mes a entre 6 y 10. Actividades como la natación infantil, de ocho horas, cuesta ahora 12,6 euros a los abonados y 21 a los no abonados. Disciplinas para adultos, como el aerobic, taichi o yoga valen por ocho horas 7,20 euros para socios y 12 para los que no lo son. Y el euskera, 10 euros al mes si se asiste al 80% de las clases.

Lo que realmente busca el Ayuntamiento es que la ciudadanía ingrese en la red municipal para luego premiar su fidelidad. Por eso ha creado la figura de abonado de Vitoria-Gasteiz, que conlleva un 40% de descuento no sólo en los cursos deportivos sino también en el resto de actividades que se realizan en las instalaciones públicas de la ciudad. De momento no se han podido facilitar datos sobre la acogida de esta propuesta, aunque el gabinete Maroto está seguro de que éste es el camino en el que debe seguir trabajando el Consistorio para potenciar los usos y no disparar la factura municipal.

Esa necesidad de ahorro se plasmará también a partir de septiembre. Los centros cívicos abrirán 30 minutos más tarde, a las cinco de la tarde en lugar de las cuatro y media. Una hora en la que, según el equipo de gobierno, apenas hay usuarios. "No se justifica el coste de mantenerlo abierto", sostiene.

subida anticipada De todas las decisiones tomadas, la de la subida de las tarifas de los cursos ha traído cola dentro del Ayuntamiento. No por el incremento en sí, sino porque el equipo de gobierno actualizó los precios en marzo, cuando quienes lo pactaron con él -PNV, Bildu y la plataforma en defensa de las actividades de los centros cívicos- aseguran que el compromiso era aplicar los nuevos en septiembre, con el inicio del siguiente curso escolar. Y probablemente así fuera, pero la realidad es que el PP se valió del lío del debate de enmiendas de finales del año pasado para colar la subida anticipada sin que los grupos se enterasen, logrando su aprobación.

La otra polémica ha llegado con la supresión de las bonificaciones a desempleados. El gabinete Maroto alega que las tarjetas de parado usadas para acceder a los descuentos no justificaban estar en situación de desempleo y que es negativo para la red dar ventajas fuera del sistema. Por eso, les conmina a hacerse el carné de abonado, que ofrece ventajas en todas las actividades. Claro que eso supone pagar una cantidad anual cuando tal vez el afectado sólo quiera asistir a un curso determinado.