vitoria. El mayor moroso de Amvisa es el Ayuntamiento de Vitoria. Su deuda asciende ya a seis millones de euros por facturas impagadas durante la pasada legislatura, desde 2008 hasta 2011. Y ha llegado la hora de saldar cuentas. Es la principal advertencia que hizo el interventor en su informe sobre el control financiero de las sociedades municipales de la ciudad, a la vez que aconsejaba convertir todo ese dinero en un préstamo financiero para ir devolviéndolo por plazos. Un consejo que, esta vez sí, el gobierno ha aceptado. El edil de Hacienda, Manu Uriarte, anunció ayer que este mismo año "se va a confeccionar un plan de pagos" para poder abonar los recibos pendientes.
Amvisa, aun así, continúa siendo la sociedad pública más saneada del entramado municipal. En el último ejercicio, por ejemplo, obtuvo beneficios superiores a seis millones de euros. Tan tentador resulta el superávit que el Ayuntamiento no sólo ha estado arrastrando una deuda pantagruélica, sino que en la época de vacas flacas también ha sacado dinero de la hucha de esta empresa para cubrir diversos gastos. Este año, sin ir más lejos, ha transferido 3,9 millones. Además, el gabinete Maroto llegó a plantear la venta del 49% de este organismo para dar oxígeno a la delicada situación económica del Consistorio, una iniciativa anterior al pacto presupuestario que no salió adelante al no contar con el apoyo de ningún grupo de la oposición.
La lupa del interventor también se ha fijado en otras tres sociedades. De Tuvisa advierte que ha hecho inversiones que superan las transferencias ejecutadas desde el Consistorio. Arich ya desapareció, pero lo hizo dejando tras de sí algunos "defectos procedimentales", como contratos menores que deberían de haber sido negociados. Y en el caso de Ensanche 21 lo más preocupante es su futuro, ante la incertidumbre que genera la situación del mercado inmobiliario. Una incógnita que podría quedar resuelta en el próximo consejo de administración.