Todavía no ha comenzado su colocación y la fachada vegetal del Europa ya ha protagonizado minutos y minutos de debate político en el Ayuntamiento. La razón no es otra que el coste que su mantenimiento va a tener para el erario público. Una ecuación al parecer difícil de resolver, ya que el gobierno de Maroto sigue sin dar cifra por mucho que insisten los socialistas. "No es posible establecer una cifra aislada porque el gasto está directamente relacionado con el dinero que nos vamos a ahorrar en el edificio al reducir el consumo de energía; hay que verlo en su conjunto", argumenta la concejal de Medio Ambiente, Idoia Garmendia. Una explicación que para nada convence al portavoz Patxi Lazcoz.
Hagamos memoria entonces. Con más de dos décadas de antigüedad, al Palacio Europa le tocaba ya una rehabilitación. El Ayuntamiento se queja de que el edificio tiene un gasto elevado de energía (189.408,89 euros al año), por eso ha consultado a los técnicos y le han dicho que con algunas reformas el importe del recibo de luz y calefacción se puede reducir hasta un 70%, lo que supone un ahorro de 133.000 euros. Así que se ha puesto manos a la obra para aplicar diferentes medidas de eficiencia energética. Entre ellas, la colocación de una fachada vegetal que contribuirá a mejorar el aislamiento térmico y en consecuencia a ahorrar energía. La obra se ha adjudicado por 482.643 euros a Urbaser y Zikotz, empresas que se hacen cargo de los gastos de mantenimiento sólo durante el primer año. Después pasará a manos de quienes ahora cuidan los parques y jardines de la ciudad. A día de hoy, así está el contrato firmado por el Ayuntamiento sin que nadie haya aclarado, por ejemplo, por qué si el coste de mantenimiento es mínimo, la adjudicataria únicamente se hace cargo de él durante el primer año. Otra incógnita que ayer tampoco resolvió Garmendia.
un jardín vertical Cuando se instale, la estructura vegetal del Palacio Europa cubrirá los 900 metros cuadrados de la fachada principal del edificio. En ella vivirán 65.000 plantas de 33 especies distintas, 25 de ellas autóctonas y, por tanto, acostumbradas al clima de Gasteiz, lo que contribuye a su supervivencia.
El hecho de que las plantas sean del lugar también facilita al Ayuntamiento los posteriores trabajos de mantenimiento -esos que no se sabe cuánto van a costar- sin tener que contratar a una empresa especializada. El agua de riego se obtendrá de la lluvia, además de reutilizar toda la que las plantas no consuman. El resto de los trabajos: poda, reposición de abono, control del sistema de riego... será el mismo que se realiza en otros parques y jardines de la ciudad.
En cuanto a los plazos, una más de las incógnitas sin resolver, la edil de Medio Ambiente no adelantó ayer la fecha de inicio de los trabajos. En principio, esta especie de jardín en vertical sobre la fachada del palacio de congresos debía comenzar a colocarse en marzo y concluir para finales de verano. Esta obra es sólo una parte de los trabajos de rehabilitación energética y adecuación de los nuevos usos del Europa, que incrementará su aforo hasta 5.700 personas (ahora ronda las 1.500). Además, se enmarca en la transformación que el equipo de Maroto quiere dar a la Avenida, convirtiéndola en un bulevar verde dentro del casco urbano. El resultado comenzará a verse en unos meses.
Y quizá para entonces, dos y dos ya sumen cuatro y se conozca el coste anual del mantenimiento de la fachada vegetal del Europa.