FINALMENTE, las previsiones se han cumplido. Esta semana la Diputación de Álava ha comenzado a eliminar en torno a 60 ejemplares de nogales, robles y fresnos de la carretera A-3110 que une Ullibarri-Jauregi con Alaitza. Desde el miércoles, la empresa contratada por el Gobierno foral ha iniciado los trabajos de tala que han tratado de evitar los vecinos de Gereñu y Alaitza durante las últimas semanas. Los participantes en las protestas se muestran "profundamente defraudados" por no haber logrado su fin: evitar la tala de unos árboles que, a su juicio, son una seña de identidad de nuestros pueblos.
Los opositores continúan afirmando que "no compartimos la opinión sobre su peligrosidad porque un objeto inmóvil no representa un riesgo si se compara, por ejemplo, con los camiones de gran tonelaje que día tras día circulan a gran velocidad por un tramo de carretera delimitado a 70 kilómetros por hora".
El proyecto recoge el respeto a los ejemplares de la entrada del pueblo, donde la velocidad es limitada, ya que la prioridad es velar por la seguridad de las carreteras. Los datos apuntan a que desde 2010 se han producido tres accidentes mortales causados por colisiones con árboles en el territorio.
El mes pasado, la Diputación procedió al marcado de árboles incluidos en el protocolo foral de prevención de siniestros. Se trata de aquellos considerados por la institución foral como elementos potenciales de riesgo y que no pueden ser protegidos mediante la instalación de una barrera metálica. Con ello se pretende garantizar la seguridad, ya que se encuentran en curvas y cambios de rasante, algo con lo que los vecinos discrepan, ya que en su opinión, los árboles son "nuestro seguro de vida porque su eliminación nos deja totalmente desprotegidos ante la velocidad de los coches y camiones que diariamente atraviesan la localidad".
Pese a las protestas llevadas a cabo durante las últimas semanas, como la colocación de cruces o flores en los árboles, el numerado de los mismos o su pintado, finalmente se ha procedido a la eliminación de más de medio centenar.
Los vecinos reconocen sentirse "desprotegidos" tras la tala de los ejemplares, ya que anunciaban la proximidad de una población e incitaban a los conductores de los vehículos a reducir la velocidad. El colectivo vecinal, en contra de la tala "indiscriminada", aduce razones de seguridad para eliminar el medio centenar de árboles en torno a la localidad -nogales y robles en su mayoría, que han estado ahí al menos desde los años 60-. Desde la agrupación reconocen que durante años el arbolado ha servido de balizas naturales ayudando a distinguir los límites de la carretera con visibilidad reducida por nieve, niebla o lluvia intensa. Además de en Gereñu, el plan de la Diputación incluye próximas talas en la zona de Llodio y Aramaio.