Seis reclusos de centros penitenciarios vascos han conseguido un trabajo a través de la obra social de la Caixa, según informa la entidad. Para ello han seguido, en su fase final de condena, los itinerarios de inserción sociolaboral que facilita el programa Reincorpora, que se dividen en tres fases: cursos de formación en oficios fuera del centro penitenciario; realización de un servicio solidario a la comunidad, vinculado a la formación, y derivación a Incorpora, el programa de integración laboral de la obra social. "Esta cifra es especialmente remarcable en el momento actual, dado que la población reclusa es uno de los colectivos con más dificultades de acceso al mundo laboral", señalan.

En el caso de los centros penitenciarios de Nanclares y Martutene, los participantes iniciaron su itinerario con cursos de actividades auxiliares en viveros y jardines y de fabricación e instalación de carpintería y muebles en colaboración con Itsasmendikoi-Arkaute y el instituto de FP de la Construcción. Posteriormente llevaron a cabo servicios solidarios vinculados a la formación y coordinados por la comisión ciudadana antisida de Álava y Sartu Erroak.

Y es que el programa Reincorpora se basa en el concepto de aprendizaje-servicio, una propuesta educativa "sin precedentes" en el ámbito penitenciario que suma intencionalidad pedagógica y utilidad social. En este caso se aplica a un itinerario de inserción que une la formación en oficios, las actuaciones de servicio a la sociedad y la integración laboral.

La colaboración con entidades sociales permite ofrecer itinerarios de inserción sociolaboral personalizados y, por ello, adaptados a las necesidades específicas de cada participante. Además, la entidad se encarga del acompañamiento del interno durante todo el proceso.

participación social

Mayores y jóvenes tutelados

Una de las piedras angulares de Reincorpora es la participación de los internos en servicios solidarios a la comunidad dirigidos a dar respuesta a necesidades del entorno más inmediato. De este modo, el programa -explican- fomenta competencias, habilidades y valores, al mismo tiempo que promueve la participación social y el compromiso cívico de la población reclusa.

Los servicios solidarios a la comunidad se dirigen a un amplio abanico de colectivos: personas mayores, jóvenes en situación de vulnerabilidad como, por ejemplo, tutelados por la Administración, estudiantes, personas con discapacidad e inmigrantes.

Desde la Caixa destacan que la colaboración del Ministerio del Interior y de los centros penitenciarios, de los centros de formación y de las entidades sociales, permite sumar esfuerzos para la integración sociolaboral de la población reclusa.