Vitoria. No hay nada más típico que el bote que las cuadrillas recolectan cuando salen a tomar algo. Y nada más moderno que sustituir esa chatarra que a veces nadie sabe dónde acaba por un sistema tecnológico. Pero la mezcla es posible, y está funcionando. La bote-pote, esa tarjeta de pago a través de teléfonos móviles puesta en marcha en febrero para canjear por consumiciones en trece establecimientos hosteleros de la capital alavesa, ha movido durante su primer mes de andadura cerca de 10.000 euros.

El proyecto piloto perseguía, por un lado, estimular el consumo; por otro, familiarizar a los ciudadanos en el uso de los futuros sistemas de pago a través de telefonía móvil (NFC) haciendo de Vitoria una de las ciudades pioneras en la adaptación de esta nueva tecnología. Y la Federación Alavesa de Comercio, promotora de la iniciativa junto al Ayuntamiento gasteiztarra y Orange, cree que los dos objetivos se están consiguiendo. Tras ponerse en circulación un total de 4.000 tarjetas, más del 70% de las bote-pote activadas ha recibido una recarga posterior. De media, ha sido de 30 euros, y cada consumición ha rondado los 8,50, con un intervalo de gasto entre 3 y 18 euros.

El balance indica que la tarjeta no sólo ha registrado una utilización de fin de semana o de salida con la cuadrilla, como contemplaba su filosofía original. También se ha convertido en un servicio de uso diario a nivel individual para pagar pequeñas consumiciones, como desayunos o cafés. Así que la Federación Alavesa de Comercio no duda de que la bote-pote va a ocupar, si no lo está haciendo ya, un espacio importante en el monedero de los gasteiztarras. Además, según dice, los locales participantes están "muy satisfechos" con la activación de esta herramienta como medio para fidelizar clientes, ya que les ofrece la posibilidad de realizar promociones, sorteos... Sin ir más lejos, hasta el día 15 continúa vigente la promoción del 20% de recarga adicional automática al meter más dinero en la txartela.

Pasos La operativa de la bote-pote es muy sencilla. El dinero, múltiplos de 10 y nunca superior a 100 euros, se dará al hostelero para que active la tarjeta a través de un terminal que admite el uso de la tecnología NFC A partir de ahí, lo único que hay que hacer es entregar la txartela como medio de pago al realizar las consumiciones. El importe de lo que se tome será descontado directamente en un teléfono móvil de última generación, mostrándose al finalizar la operación el saldo restante. Y, si se acaba el bote, sólo hay que recargar el bono cuantas veces se quiera.

Para desarrollar la iniciativa, se contó con la colaboración de Sony, empresa que cedió sus teléfonos de última generación XPeria P a cada uno de los establecimientos participante. Son los siguientes: café Dublín, restaurante Virgen Blanca, Victoria, restaurante Zabala, café Hungaria, Río, Juke Box, bar restaurante JG, Hor Dago, El 7, Jango Taberna, Elorza y MarmitaCo. Todos ellos darán el servicio hasta el 30 de abril, día en que acaba el proyecto piloto. Que no se preocupen, eso sí, quienes para entonces no hayan agotado el saldo de la tarjeta, ya que el importe pendiente se podrá recuperar hasta el 15 de mayo.

La bote-pote se suma a la experiencia piloto que el Ayuntamiento gasteiztarra ya desarrolló el pasado verano en cuatro establecimientos hosteleros, además de la Catedral Vieja y el museo Artium. Aquella iniciativa se dirigió a un público formado principalmente por turistas y, para ello, se pusieron a la venta 1.500 bonos cargados cada uno de ellos con 15 euros que permitían desde pagar pintxos hasta adquirir entradas. El resultado gustó, y de ahí el nuevo proyecto, que sólo es un paso más hacia un futuro en el que lo habitual será pagar a través del teléfono móvil, como ahora lo es con la tarjeta de crédito.