vitoria. La Diputación había diseñado una jornada perfecta. Después de muchos años de planificación, que arrancó durante el último Gobierno del popular Ramón Rabanera, y un esfuerzo inversor de más de ocho millones de euros, ayer tuvo lugar la esperada inauguración de la nueva lavandería industrial gestionada por la sociedad foral Indesa, un imponente pabellón ubicado en el parque industrial de Jundiz que ya emplea a 35 personas discapacitadas. La segunda más grande en el Estado, después de otro complejo de características similares con base en Madrid. Qué mejores invitados para la fiesta, concluyeron las cabezas pensantes del ente foral, que los príncipes de Asturias, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. Y con ellos, las más altas autoridades de la política y la empresa vasca y alavesa, con el consiguiente despliegue de fuerzas de seguridad. La celebración tuvo lugar, pero ni de lejos fue el bonito cuento de hadas que habían imaginado. De hecho, ni siquiera contó con el acompañamiento de los VIP que se esperaba. Muchos declinaron la invitación y otros muchos alegaron problemas de agenda. La presencia de la Corona nunca había concitado tan poco apoyo presencial en la capital alavesa.
Indesa, por desgracia, se ha convertido en los últimos tiempos en un polvorín. Sólo unas horas antes de la inauguración, pasada la medianoche, varios miembros del comité de empresa de la sociedad foral habían sido desalojados de la lavandería por orden judicial tras protagonizar un encierro en protesta por las condiciones laborales "de explotación" que sufren sus trabajadores. Según denuncian, la empresa se niega a negociar un nuevo convenio y los salarios de algunos de los empleados apenas superan los 800 euros, al tiempo que se ha contratado a otras personas, directivos, con salarios anuales de hasta 68.000.
La protesta siguió por la mañana y se recrudeció cuando el heredero de la Corona española, una institución que atraviesa por los momentos más bajos de su historia, y su esposa llegaron a las modernas instalaciones procedentes del aeropuerto de Foronda, pasadas las 11.00 horas. Allí fueron recibidos por más de 200 personas, entre gritos, ikurriñas, alguna bandera republicana y varias pancartas. Una de las más gráficas, se preguntaba: ¿Primero las personas o primero los Borbones? En la concentración se reunieron trabajadores de Indesa, del comité de empresa del Hospital Santiago, del Instituto Foral de Bienestar Social, de Iberia... Todos tenían algo por lo que protestar.
pagada con los recortes Begoña Ozaeta, portavoz del comité de Indesa, sintetizaba el malestar de los trabajadores de la sociedad foral. Para ella, la Diputación ha sufragado la inauguración de ayer con sus recortes salariales. "Queríamos darles la bienvenida de alguna manera y que quedara claro nuestro desacuerdo con este derroche de dinero cuando se nos está recortando el sueldo. Se nos recorta la paga hasta los 700 u 800 euros pero se ve que para estos eventos sí hay dinero", censuró Ozaeta.
El comité de Indesa, según matizó la representante de los trabajadores, "aplaude y aprueba" la inversión foral realizada en la nueva lavandería, que próximamente duplicará el número de personas empleadas al contar con nuevos clientes. Para empezar, ha asumido la limpieza de los centros dependientes del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS), 17 residencias y ocho centros ocupacionales, varios colegios, empresas privadas o el Ayuntamiento de Gasteiz, pero también la del Hospital Psiquiátrico de Álava o los ambulatorios del territorio histórico, pertenecientes a la red de Osakidetza. Dentro de unos días, también se convertirán en clientes de Indesa el Hospital Txagorritxu y los centros sanitarios públicos del área guipuzcoana del Alto Deba. Probablemente también lo será Santiago, que a día de hoy cuenta con la única lavandería pública de Osakidetza en Álava, lo que precipitó la protesta ayer de su comité de empresa. "Nuestro rechazo no va en absoluto por la inversión o por la carga de trabajo que vaya a traer la lavandería. Por este motivo, estamos contentos. Nuestro rechazo es a que con todo el dinero que se ha gastado hoy -por ayer- nos da por lo menos para no habernos quitado la paga de Navidad. Si no hay dinero para unas cosas no hay para nada", insistió.
El portavoz de Bildu en el Ayuntamiento de Gasteiz, Kike Fernández de Pinedo, y el juntero de la coalición, Luis Mari Salgado, acudieron también a la protesta en representación de la coalición abertzale. "Como si de una empresa privada se tratase, su máxima responsable persigue únicamente productividad, eficacia, eficiencia y, sobre todo, mayor rentabilidad, y para tal fin no ha dudado en desligarse de lo público cuando se trataba de negociar un convenio, pero reduce los salarios en función del decreto aprobado en Madrid", censuró Salgado. Al margen de la "falta de dignidad" que está marcando a la precarización de las condiciones laborales, Salgado también criticó la presencia de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, miembros de una institución "anacrónica, decadente, salpicada por la corrupción y que además es el mayor símbolo de la negación de Euskal Herria como pueblo".
Dentro de la factoría, entretanto, la pomposa inauguración seguía su curso. Los príncipes de Asturias recorrieron las instalaciones para conocer el proceso de lavado, secado y planchado de la ropa procesada en la lavandería acompañados, entre otros, por el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto; el diputado general de Álava, Javier de Andrés; el delegado del Gobierno español, Carlos Urquijo, o los consejeros vascos de Salud y Asuntos Sociales, Jon Darpón y Juan María Aburto, respectivamente. Posteriormente, De Andrés hizo lectura a un breve discurso en el que alabó la apuesta foral por este nuevo centro de empleo para personas con discapacidad, "un ejemplo práctico evidente de lo que pretende ser la política de esta Diputación".
A juicio del diputado general, "el esfuerzo económico que se ha realizado merece la pena más que ningún otro, ya que cada persona con discapacidad que consigue integrarse en el mundo laboral es un logro colectivo". Según prometió De Andrés, la Diputación no sólo ampliará la plantilla de la lavandería hasta las 70 personas, sino que también pretende "aumentar las oportunidades que desde Indesa se buscan y se consiguen para todo el colectivo de discapacitados de Álava". En total, la sociedad foral emplea a más de 700 personas con algún tipo de discapacidad en diferentes sectores.
Una vez pronunciado su discurso, los príncipes descubrieron una placa conmemorativa de la jornada de ayer, un día "tan especial" según De Andrés, y la fiesta concluyó. Posteriormente, según confirmaron a la agencia Efe fuentes de la Diputación alavesa, Felipe de Borbón se reunió con varios miembros del comité de empresa de Indesa, con quienes charló brevemente "para conocer sus reivindicaciones". Según las mismas fuentes, el heredero también solicitó a la diputada de Asuntos Sociales, Marta Alaña, que le explicara la situación de los empleados y ésta le comunicó que, "a diferencia de lo que ocurre en otros centros especiales de discapacitados, en Indesa no se ha presentado ningún ERE y desde 2011 hasta ahora ha ampliado su plantilla en 30 trabajadores".