Amurrio. Marta Barba no es la única activista surgida en la Cuadrilla de Ayala. De hecho se ha unido a otra treintena de ciudadanos de a pie, preocupados todos ellos por los permisos de investigación de hidrocarburos que se han concedido y que afectan a la zona. Tal es el grado de preocupación que han convocado para las 19.00 horas de mañana en la Casa de Cultura de Llodio una charla informativa en torno a lo que consideran "una amenaza inminente para Aiaraldea, ante la que tenemos que empezar a organizarnos".
La charla de mañana en Llodio la imparte la plataforma Fracking ez Araba, pero no está convocada por ella, sino por un grupo de ciudadanos. ¿Quiénes son?
Somos una treintena de vecinos de municipios del Valle de Ayala y del Alto Nervión interesados por esta problemática. Yo, personalmente, desde que empecé a oír hablar de esta técnica de extracción de gas no convencional, hace año y medio, me informé a título individual porque tengo sensibilidad con el medio ambiente. Ya había oído hablar del fracking en Cantabria y cuando supe que empezaban a darse permisos para traerlo a esta zona. Me puse en contacto con gente que estaba ya moviendo el tema. Juntos decidimos pedir a Fracking ez Araba que viniera a informarnos, tanto a nosotros como al resto de la población, sobre en qué consiste esta técnica, qué impactos medioambientales, económicos, políticos y sociales genera, cuál es la situación actual en Euskal Herria y Aiara y qué podemos hacer en base a la experiencia de Kuartango. El objetivo no es otro que informarnos primero, para tener buenos argumentos a la hora de oponernos como vecinos a su empleo en nuestra tierra, sumar adhesiones y organizarnos si no queremos que se ponga en práctica la técnica del fracking, ni aquí ni en ninguna parte.
Varios ayuntamientos del valle llevan debatiendo este tema desde hace meses. ¿Cómo ve estos posicionamientos?
A mi entender, en este momento, en el que se están agotando las energías fósiles, es hora de que se produzca un debate social para ver qué camino tomamos en materia energética. Lo del empleo del fracking yo lo interpreto como una huida o un más de lo mismo; querer solucionar la escasez de recursos energéticos con otro que también es escaso y que, encima, es contaminante. Es tiempo de decidir si queremos un modelo energético sostenible o seguir con el caduco de máxima explotación de los escasos recursos del planeta. No hay medias tintas.
Antes ha mencionado que el Valle de Ayala y el Alto Nervión están directamente afectados por varios permisos de investigación de hidrocarburos...
Efectivamente, aunque el fracking sea una palabra que empezamos a escuchar en Euskal Herria hace algo más de un año, fue en 2006 cuando se concedió el primer permiso de exploración para explotar gas mediante esta técnica en territorio vasco. Desde entonces, los permisos solicitados o concedidos en este territorio superan la docena. El último que se ha concedido y el primero que ha sido otorgado por el Gobierno Vasco ha sido el permiso Saia, que afecta a varias poblaciones, como Laudio, Aiara, Orozko o Arrankudiaga. Asimismo, ya había otras poblaciones del valle, como Amurrio y Aiara, que estaban dentro del permiso Mirua, concedido por el Gobierno central en 2006, ya que también afecta a localidades castellanas.
A día de hoy ¿cuál es la situación?
En varios municipios, la empresa Shesa (dependiente del Ente Vasco de Energía), que es a la que ha sido concedido el permiso, está solicitando permisos a los ayuntamientos para empezar con las primeras pruebas sísmicas. Se trata de permisos de investigación de seis años y, en función de si se detecta que hay gas o no, vendría el de explotación. Lo que ocurre es que para cuando llegó a Álava el runrún del fracking se encontraron con que el permiso de investigación en el primer pozo casi había expirado y podían empezar a explotar y, prácticamente, sin contar con la opinión ciudadana. Aquí acaban de concederlo y tenemos ese margen para actuar e intentar frenarlo. Con los permisos nuevos no pueden andar tan a la ligera y han empezado con la estrategia de que no nos preocupemos, que no van a ser para explotación de gas no convencional. Pero las pruebas previas pueden servir para ambas cosas y tenemos la sospecha y casi la seguridad de que va a ser para fracking. Por eso estamos informándonos, para organizarnos y para actuar en consecuencia. No pueden pasar por alto la opinión pública en esta materia.
En este punto, sólo queda una cuestión por dilucidar. ¿Por qué hay que oponerse al empleo del 'fracking'?
Son cosas que caen por su propio peso. A nada que te informes sobre en qué consiste, te das cuenta de que es una técnica que nos conduce al abismo. Ya no sólo por el impacto medioambiental con contaminación de acuíferos, tierra y atmósfera, explosiones bajo tierra, inyección de agua a altas presiones con sustancias químicas, o grandes consumos de agua, que ya suena fatal de raíz, aunque no entiendas de ingeniería. Pero es que además repercute de forma negativa en nuestra ganadería, agricultura y salud, porque vivir en un territorio en el que se ha empleado el fracking equivale a habitar una tierra enferma y perjudicada en todos los sentidos que yo, por lo menos, no quiero ni para mi ni para futuras generaciones. Además, querer hacerlo en Álava, una provincia integrada por pueblos pequeños que se llenarían de camiones y trailers y pistas nuevas que también traerían un impacto social y económico. No tiene sentido, tenemos que organizarnos y oponernos.