las declaraciones instituciones celebrando el auge del turismo en Álava han sido recurrentes durante los últimos meses, más aún con el reinado verde protagonizado por Gasteiz este pasado 2012. Sin embargo, esas buenas sensaciones chocan radicalmente con las que existen a pie de establecimiento hotelero. Eventos puntuales como la Copa del Rey de baloncesto han supuesto una bocanada de aire fresco para el sector, por descontado, pero el cierre de negocios históricos como el Hotel Gasteiz permanece en la memoria reciente y supone un buen indicador de la difícil situación que atraviesa. Crisis económica, exceso de plazas... Los factores para explicar el bajón que ha sufrido la ocupación de camas son múltiples y no se quedan sólo en la ciudad. De hecho, éstos han tenido un impacto todavía mayor sobre el turismo rural, sobre las casas rurales y los agroturismos, que a día de hoy viven sus horas más bajas. La amenaza de clausura se cierne ya sobre alguno de ellos.

DNA ha tocado la puerta de varios alojamientos rurales dispersos por el territorio, de Norte a Sur y de Este a Oeste, y sus responsables, aunque con matices, coinciden en calificar el panorama actual como el más crítico que recuerdan. "2012 indudablemente ha sido hasta ahora el año más malo y 2013 lo espero aún peor", reconoce José Miguel Bardezi, responsable de la casa rural Lekandero (Amurrio). Durante el último año y medio, este establecimiento ha reducido su facturación entre un 30% y un 40%.

Los últimos datos publicados por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, también sirven para contextualizar esta realidad. Durante el pasado 2012, las entradas de viajeros cayeron un 2,5% en los hoteles alaveses, un descenso que se acentuó hasta el 7% en el caso de los agroturismos. Las pernoctaciones en las casas rurales, entretanto, se desplomaron un 7,6% el año pasado, los peores datos de la CAV en todos los casos. La escasez de reservas que los establecimientos suman hasta la fecha no ayuda a mejorar las expectativas de cara al presente ejercicio. "La situación está muy mal. No sé si este año podré seguir con la casa, porque tengo más gastos que beneficios y ya dudo sobre si me compensa", reconoce Maite Aberasturi, propietaria de la casa rural Errota, en la localidad de Peñacerrada.

La comarca de Montaña alavesa, un entorno natural privilegiado para los amantes del senderismo o de la práctica de la bicicleta de montaña, acaparó el año pasado los peores datos de ocupación de todo el territorio histórico, según los registros aportados a este periódico por la Asociación de Agroturismos y Casas Rurales de Euskadi (Nekatur). Ésta se quedó en un exiguo 9,76%, con meses como enero en los que no llegó ni al 0,3%. La media de ocupación de los alojamientos rurales en el conjunto de Álava fue sólo del 20,15%, un registro a todas luces demoledor. ¿Es posible sobrevivir así? El hecho de que acoger visitantes no sea la actividad económica principal para muchos les ha permitido capear el temporal con otra tranquilidad. Para quienes en su día vieron en el turismo rural una oportunidad de negocio y aún arrastran deudas, el miedo acecha cada vez con más intensidad.

Semana santa Resta poco más de un mes para una de las épocas doradas del año para el sector turístico, la Semana Santa, y las reservas se encuentran bajo mínimos en los agroturismos del territorio. "De momento no hay nada. Otros años, tenía la casa completa con un año de antelación", advierte Bardezi. La situación no es mucho mejor para Aberasturi. "Apenas tengo dos o tres reservas para toda la Semana Santa, que es una época en la que nunca ha habido problemas", reconoce.

En otros negocios, aún siendo la situación "muy floja", al menos se está aguantando el tirón. Es el caso del agroturismo Atxarmin, enclavado en la localidad de Elosu, frente al embalse de Urrunaga. Cefe Martínez y Juani Perea, sus cabezas visibles, asumen que "los tiempos no están como hace dos o tres años", aunque están trabajando "decentemente". "Si antes estábamos al 100%, ahora estamos al 50", reconoce Martínez. Más que suficiente en un contexto como el actual. "En época de bonanza se crearon muchas plazas, pero ahora hay poca mercancía. Se mira mucho el precio y la gente reduce gastos al máximo", argumenta. En su caso, el mercado potencial ha quedado reducido a "gente más madura y un nivel adquisitivo medio y alto". Quien tiene cargas económicas, evita gastar en ocio o lo hace mucho menos, reduciendo por ejemplo las noches de estancia por salida.

Clientes ya fidelizados y el boca-oreja también han servido a Atxarmin y a muchos otros establecimientos para sacar la cabeza del agua. "Si en este sector no te repite la gente... Mal asunto. Se funciona mucho por las recomendaciones", reconoce Martínez. Basta con decir que de sus cinco apartamentos, dos ya están reservados para Semana Santa. Los agroturismos de la Llanada y de las Estribaciones del Gorbea, como éste, lograron los mejores datos de ocupación el año pasado según Nekatur. Un 34,22% en el primero de los casos, un 21,5% en el segundo.

A pesar del enorme tirón y potencial del mundo de las bodegas, la situación tampoco fue mejor durante 2012 en Rioja Alavesa, con una ocupación media en los agroturismos del 15,81%. Aunque hay excepciones, como la que representa la veterana María Arrate Aguirre, responsable de la casa rural Erletxe (Laguardia). "No ha sido un año estupendo, pero no ha estado tan mal comparando con la media. Hemos capeado el temporal gracias a los turistas extranjeros que se interesan por el tema de las bodegas", reconoce. Norteamericanos, "muchos" australianos, neozelandeses, asiáticos... "Y para este año también hay bastantes reservas", se felicita Aguirre. No van mal las cosas en Erletxe, desde luego, que todos los años cierra sus puertas de finales de noviembre hasta marzo. Este ejercicio no será una excepción.

Con más de 20 años de experiencia en el sector, Maribel Sáenz es una de sus representantes más veteranas, al frente del caserío Maribel. La crisis también ha llegado a Aprikano, una pequeña población de Kuartango, aunque en su caso el daño queda más amortiguado. "Somos labradores y tenemos la casa pagada. Si viene turismo, perfecto. Si no... No pasa nada", asegura. Sáenz asume que estos últimos años han sido "malos", aunque ha logrado mantenerse con "esos clientes que repiten". A su juicio, el buen trato y ofrecer algo más que una simple cama ayuda a la necesaria fidelización. Sáenz ya lo avanza en la propia página web de Nekatur, donde se anuncian todos los alojamientos rurales y pueden realizarse las reservas: "Nosotros estamos haciendo un esfuerzo y os ofrecemos el desayuno gratis, con torrijas, bizcocho... Bueno, rico rico como siempre". Este mismo fin de semana acogerá en su caserío a un grupo de canarios, todo un lujo para un mes no boyante como febrero.

Sólo cabe esperar a tiempos mejores, pero José Miguel Bardezi resume a la perfección que no será un proceso rápido. "300.000 personas se pueden ir al paro en un mes, pero esos 300.000 empleos no se recuperan tan rápido", advierte. "No subimos los precios, pero contra el miedo que hay no se puede luchar", añade Maite Aberasturi.