La idea se gestó hace ya tres años. El gasteiztarra Julen Juanicotena, diseñador gráfico y trabajador en la Asociación alavesa de Autismo (Arazoak), pensó en conjugar sus dos grandes pasiones para crear varias herramientas que le hiciesen la vida un poco más sencilla a un buen puñado de personas. Concretamente, a las que por uno u otro motivo no pueden hablar, ya sean niños autistas, adultos que sufran un trastorno cognitivo o personas mayores que hayan padecido un ictus, una hemiplejía o una parálisis cerebral, entre otros muchos colectivos. El espectacular avance de las nuevas tecnologías y el acceso casi universal a ellas ha servido para ponérselo todo bastante más fácil.

Tras mucho tiempo de duro trabajo, pronto verán la luz las primeras criaturas de Julen y sus compañeros de aventura, su hermano Iñaki e Isaac. Si todo va bien, antes del próximo verano. Se trata de Hotuba y Dawati, que en suajili significan Comunicador y Escritorio. Esta lengua africana se utiliza comúnmente para denominar programas de software libre como éstos. El colectivo conformado por estos tres emprendedores locales toma también su nombre de este idioma: Kibao, traducido como Tableta. La primera herramienta desarrollada por Kibao es una aplicación aumentativa-sustitutiva de la comunicación para teléfonos móviles o tabletas que utilicen el sistema operativo Android. Hotuba, en concreto, permitirá al usuario comunicarse con sus allegados a través de pictogramas que, al ser pulsados, emiten la palabra que representen. En función de las capacidades del afectado y sus necesidades, la aplicación será personalizable. "No es lo mismo el cerebro de un niño de seis años que el de un hombre mayor que ya no puede hablar, pero sigue teniendo el léxico de cualquier persona", explica Julen. Estos últimos encontrarán los pictogramas por categorías, para formas frases más complejas al pulsarlos en la pantalla. El software viene de serie con los pictogramas y locuciones del portal aragonés de comunicación Arasaac, que actualmente está disponible en siete idiomas.

La segunda aplicación, que sigue "la misma filosofía" de Hotuba, se basa en la simplificación del entorno del dispositivo electrónico para que sea entendible para cualquier persona. "Supone, básicamente, limpiar Android y adaptarlo a las necesidades de cada uno", expone Julen. Aunque Dawati todavía se encuentra "un poco más verde" que Hotuba, la intención del grupo es completar el desarrollo de ambas aplicaciones simultáneamente para que cualquiera que lo desee pueda utilizarlas.

gratuitas El software será de código abierto y libre distribución. O, lo que es lo mismo, las aplicaciones estarán disponibles para todo aquel que quiera adaptarlas, modificarlas o, simplemente, ver cómo se han hecho. Además serán gratuitas, lo que quizá es más importante. Una vez perfeccionadas y completamente desarrolladas, podrán descargarse tanto desde Google play como desde la página web de Kibao, www.kibao.eu. "Ahora mismo estamos en fase Beta y tenemos varios frentes abiertos. Mejorar el software, el servidor, darnos más a conocer... Sobre todo, garantizar que funcionen perfectamente", enumera el joven.

La participación de Julen y sus colegas en el programa Yuzz, orientado a jóvenes emprendedores, constituyó la oportunidad perfecta para desarrollar este proyecto. Fueron seleccionados hace algo más de un año, redactaron un plan de negocio y todo lo necesario para conformar un borrador y Kibao ya comenzó a ser una realidad palpable.

No se llevaron el premio, que marchó rumbo a la vecina Bilbao, pero ya contaban con todos los mimbres para cumplir su objetivo. La idea ha sido tan bien recibida que ya han logrado el apoyo de numerosos colectivos como la Federación española de Autismo y hace un poco más de dos meses se hicieron con el premio Álava Emprende a la mejor oportunidad de negocio. Los 600 euros logrados gracias al galardón les servirán para costear el servidor durante, al menos, tres años.

Aún y todo, Julen matiza que esa calificación, la de oportunidad de negocio, no casa en absoluto con sus expectativas ni su modelo de gestión. "Nosotros nos hemos constituido ya como una asociación sin ánimo de lucro, donde prima la universalidad. No somos una empresa ni queremos serlo. Soy consciente de que mi trabajo lo tengo que cobrar, pero lo que generemos no tiene que ir más allá del pago de nuestras nóminas. Este proyecto es para lo que es y para quien es, no para enriquecerse", avanza.

comunidad El ánimo de Kibao pasa por seguir creciendo en forma de red, creando una amplia comunidad que les sirva para recopilar ideas novedosas de sus usuarios, solucionar dudas, proponer mejoras y, más a futuro, desarrollar nuevas aplicaciones. "Queremos ser un proyecto integral, que da soluciones integrales", explica Julen. Más adelante, el colectivo también pretende adquirir un número de tabletas aún por determinar para distribuir directamente entre los usuarios con las aplicaciones ya instaladas. "No todo el mundo tiene por qué saber hacerlo", matiza.

Aunque actualmente Julen, Iñaki e Isaac trabajan en sus casas, "rollo garaje", la Asociación de Autismo les sirve como un "gran banco de pruebas" para seguir mejorando sus aplicaciones. ¿Y qué hay de la necesaria financiación? El colectivo acaba de inscribirse en Goteo, una plataforma de crowfunding para proyectos de carácter social, donde pretenden obtener los ingresos suficientes para seguir adelante. Según los cálculos previos que han realizado, necesitarán 2.700 euros para financiar su proyecto. Parece difícil conseguirlos tal y como está la situación económica, pero después de todo lo que ya han logrado no es ninguna idea descabellada. El enlace para colaborar económicamente con Kibao es éste: http://goteo.org/project/kibao.