vitoria. Los obispos de Pamplona, Bilbao, Vitoria y San Sebastián perciben en la sociedad una situación de "crisis antropológica, ética y cultural" en la que los "grandes valores" se ven "a menudo amenazados", según la carta pastoral que han firmado en común con ocasión del periodo de Cuaresma y Pascua. Mario Iceta (Bilbao), José Ignacio Munilla (Donostia), Miguel Asurmendi (Vitoria) y el arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez González lanzan un mensaje en defensa de los derechos humanos y en contra de la exclusión social y el laicismo imperante.

Los prelados advierten una "crisis antropológica, ética y cultural" en la que valores como la dignidad de la persona, la solidaridad o el respeto a los derechos humanos "se ven a menudo amenazados, y un buen número de personas no ven que se les reconozcan". Según los representantes de la Iglesia vasca, a los creyentes les preocupan y les duelen "el olvido de Dios y el laicismo que intenta reprimir cualquier atisbo de religiosidad, ocultándola o ridiculizándola", agregan. Los obispos se declaran también preocupados por "el eclipse de principios fundamentales, el relativismo que da todo por bueno sin discernimiento alguno o descartando toda posibilidad de conocer la verdad".

Exponen que no cuesta reconocer hoy el sufrimiento "en rostros de personas y colectivos duramente golpeados y desfigurados por la crisis; en las víctimas de órdenes diversos provocadas en decenios marcados por la violencia; en los ámbitos de exclusión social y en quienes están en grave riesgo de caer en ella".

También "en quienes buscan desesperadamente empleo, en la desconfianza generalizada ante noticias de corrupción, en las personas aquejadas de graves y dolorosas enfermedades, en quienes viven en amarga soledad, en las persecuciones y atentados contra el ejercicio del derecho de la persona y de las comunidades a la libertad religiosa".

Los obispos admiten que "el sufrimiento puede provocar ciertamente alejamiento de Dios", pero subrayan que hay también en las comunidades cristianas y en la sociedad "innumerables ejemplos de entrega y acompañamiento para aliviar sufrimientos y proteger la dignidad humana". Ante la "desmotivación, clima de pesimismo, queja permanente e incluso signos de fragmentación", los cinco prelados vascos y navarros creen que "resulta necesario trabajar en el fortalecimiento de la comunión eclesial".