Vitoria. Los representantes de Acovi, la Asociación de Concejos de Vitoria, habían puesto muchas expectativas en el encuentro que ayer mantuvieron con la Agencia Vasca del Agua, URA, y el Ayuntamiento de la capital alavesa, para poner coto a los desperfectos que causan las inundaciones cada vez que precipita con cierta intensidad. El principal punto de fricción entre Acovi y URA es el concepto que ambos organismos tienen de la limpieza del río. Tanto unos como otros defienden los ecosistemas de ribera y entienden que deben protegerse, pero tras años de inundaciones no logran fijar un punto común sobre la sección mínima que deben tener los cauces.

Por ello, y pese a que los miembros de Acovi salieron "enfadados y con la cabeza caliente" de la reunión, según señaló a DNA su presidenta Miren Fernández de Landa, se llegó a un acuerdo. A partir del próximo martes, y durante toda la semana, técnicos de URA y vecinos de los concejos de Vitoria recorrerán los cauces de los ríos más problemáticos, comenzando por el Santo Tomás, para detectar los puntos negros -ambas partes coinciden en que varios puentes del municipio impiden el paso del agua-, pero también para tratar de consensuar una postura común sobre el grado de limpieza que deben tener los ríos.

Fernández de Landa afirma que las ramas, los troncos e incluso los bidones de huertas ilegales son los elementos que atoran esos ojos de puente extremadamente estrechos, y que por ello, además de emprender obras para corregir esos defectos estructurales, es necesario que por el agua circule menos materia muerta. "Es paradójico, hace años la Diputación nos enviaba cartas para limpiar los márgenes de los ríos y si no lo hacías te exponías a una multa, ahora te multan si lo haces", señala Fernández de Landa. Desde Acovi aseguran que su postura no pasa por "meter la pala y dragar el río", pero sí por hacer "una limpieza más profunda de la que ellos consideran oportuna, porque al final la vegetación se come al río, al menos hay que limpiar los ojos de los puentes, se trata de aplicar el sentido común".

A partir del martes podrán acordar un punto de equilibrio en el que la apertura del máximo caudal posible no comprometa a los ecosistemas. Tras la inspección del Santo Tomás, la delegación mixta recorrerá los cauces del Errekaleor, el Santa Engracia, el Zaias, el Zadorra, el Batán o el Santa Engracia.

Por otro lado, Acovi pide que se eliminen esas huertas que le quitan su sitio al río, "que al cabo de los años viene con las escrituras en la mano" y se lleva todo por delante; y reclaman la Ayuntamiento que abra una ventanilla donde se aclare a quién hay que pedir indemnizaciones por los daños causados por la riada. "Se te llena la casa o la finca de agua y resulta que no es responsabilidad de nadie", denuncia en ese sentido Fernández de Landa, quien afirma que incluso algunos vecinos han tenido que llevar de forma temporal a sus mayores a una residencia ante el grado de humedad que han alcanzado en sus casas.

300 hectáreas dañadas Por otro lado, la Unión agroganadera de Álava (UAGA) transmitió ayer a la Diputación las afecciones de las ultimas riadas denunciadas por los agricultores, que ascienden a cerca de trescientas hectáreas dañadas, "el doble de lo anunciado", la mayor parte en las orillas del Zadorra, Alegría y Santo Tomás. También, según Europa Press, se ha entregado un informe que "constata" que la gestión del desembalse del sistema del río Zadorra "no fue la más adecuada".