erika jara

cUANDO el periodista Guillermo Nagore atravesaba a pie ayer la Puerta de los Leones de la ciudad antigua de Jerusalén, cargado con su mochila, los turistas del lugar pensaban que era un peregrino más llegando a la Ciudad Santa. El recibimiento de periodistas y los abrazos de los que le acompañaban les despertaron la curiosidad. "Vengo desde Finisterre, en una travesía de nueve meses, para conseguir una política de estado sobre la enfermedad del Alzhéimer." A lo largo de once países, Nagore ha escuchado y trasladado la situación y las experiencias de afectados y familiares por la enfermedad, en los diferentes lugares, a su blog, a los medios de comunicación y a las redes sociales, con la meta de que sus voces por fin se oigan y se unan.

El proyecto de Nagore, La Memoria es el Camino, auspiciado por la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzhéimer y otras Demencias (CEAFA) y el patrocinio de la empresa de energías renovables Sunstroom, cuenta con más de 2.500 seguidores en Facebook; el esfuerzo conjunto de todo el equipo ha llevado a que 70 municipios y tres parlamentos del estado se hayan declarado Solidarios con Alzhéimer.

premios

Esperanza de vida

Además, tanto Guillermo Nagore como La Memoria es el Camino han recibido el premio de Teobaldos de Periodismo Social de la Asociación de Periodistas de Navarra; el premio de Comunicación de CEAFA; el premio anual a la Persona Distinguida de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Navarra (ADEMNA) y una mención especial del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN). El eco que todo ello ha supuesto ha llevado al proyecto a conseguir el primer objetivo de un largo camino por recorrer: "Que se hable del Alzhéimer, y que se hable alto." La enfermedad afecta ya al 35% de la población mayor de 80 años en el Estado, uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo. Los que caen enfermos vagan entre las diversas disposiciones de la ley de dependencia, intentando encajar en uno u otro servicio, en ocasiones dando en una residencia de mayores donde todos son atendidos de la misma forma o a veces con un estado avanzado de Alzhéimer pero que, por sus características particulares, no alcanza la puntuación necesaria para acceder a un centro de día.

En muchos casos, los enfermos acaban siendo atendidos por su familia en sus hogares. Más de 3,5 millones de personas se ven afectadas por la enfermedad, entre quienes la padecen y sus familiares, en una sociedad en la que, según Nagore, "cualquier demencia se sigue considerando un simple achaque de la vejez, cuando no un tabú del que es mejor no hablar."

acompañamiento

Gobernantes

Durante los últimos tres días de travesía, entre las ciudades de Tel Aviv y Jerusalén, Guillermo Nagore ha caminado acompañado de seis miembros de la Asociación de Familiares de Personas con Alzhéimer de Gipuzkoa (AFAGI); el presidente, Koldo Aulestia; el delegado de la comarca de Urola- Kosta Rafael Gambas, los miembros del comité de Urola-Kosta Lourdes Azkue y Fidel Blázquez; y los amigos de la Asociación de Familiares de Personas con Alzhéimer y otras Demencias de Álava (AFADES), Ramón Larrañaga y Merche Etxebarría. "Lo que ha hecho Guillermo es increíble", aseguraba Fidel Bázquez, el que más tiempo ha acompañado a Nagore durante su travesía, con 300 kilómetros. "Ahora hace falta que los gobernantes tomen nota y se muevan, explica el periodista navarro. Él, en todo caso, se quitaba protagonismo: "Yo sólo soy la parte folclórica del proyecto: soy afortunado por haber viajado 270 días a través de once países con toda la experiencia personal que eso me ha aportado mientras los cuidadores de aquellos que padecen Alzhéimer, que son los verdaderos héroes, han tenido que quedarse en casa en la más absoluta de las soledades."