BILBAO. Durante la encuesta, pocos confesaron no separar habitualmente los residuos que generan en su domicilio. Los aceites de cocina son los que menos se separan ya que uno de cada tres encuestados reconoció no hacerlo debido a la ausencia de un servicio de recogida de este tipo de residuos, la incomodidad de almacenarlo o la escasa cantidad de aceite que decían almacenar.

Algo parecido ocurre con las medicinas puesto que más de uno de cada cinco de los encuestados confirmó que no lo hace pese a que tirarlas a la basura o al desagüe genera contaminación de ríos y que sus principios activos los absorban cultivos o animales.

Por sexos, son los hombres quienes menos separan en casa, uno de cada cuatro no lo hace, frente a una de cada cinco mujeres. Y por edades, las personas con 55 años o más son las más concienciadas.

Los aparatos eléctricos y electrónicos tampoco se separan tanto como se debería: uno de cada cinco entrevistados lo confesó así. Los motivos esgrimidos para no dividir del resto de la basura este tipo de residuos tienen que ver básicamente porque en su zona no hay un servicio de recogida o porque no generan suficiente como para reciclar.

El estudio revela que los residuos orgánicos biodegradables, el papel y cartón, el vidrio y los envases ligeros se reciclan en más de nueve de cada diez casos y el textil y calzado lo hacen en un 85%. En cambio, los aparatos eléctricos y electrónicos, los medicamentos y los aceites de cocina entre un 65% y un 77%.

El 93% de los encuestados está de acuerdo con que la eliminación ineficaz de los residuos contamina el medioambiente y también con que es un peligro para la salud pública. Además, el 88% piensa que se generarían menos residuos si no se derrochase tanto.

Por último, tres de cada cuatro entrevistados considera que son necesarias más campañas de información sobre los residuos urbanos y su gestión. Además, un 84% considera que las instituciones son capaces de mejorar la gestión de los residuos urbanos.