logroño. A finales de 2014, en "el mejor escenario posible" la Unesco podría declarar patrimonio mundial el paisaje cultural del vino y el viñedo de La Rioja y Rioja Alavesa, aunque de momento tan sólo el Consejo de Patrimonio del Estado ha aceptado esa candidatura a petición de los gobiernos vasco y riojano.
La consejera de Cultura en funciones del Gobierno Vasco, Blanca Urgell, y el consejero del ramo del Gobierno de La Rioja, Gonzalo Capellán, firmaron ayer en Logroño un protocolo de colaboración que recoge la voluntad de ambas administraciones de redactar y presentar una candidatura conjunta a la lista de bienes culturales considerados patrimonio mundial por la Unesco bajo el título de El paisaje cultural del vino y el viñedo de La Rioja y La Rioja Alavesa.
Durante su intervención, Capellán destacó que la declaración de Patrimonio de la Humanidad supondría mejoras en la protección del medio natural, la difusión de la cultura del vino y en la promoción del turismo enológico, y afirmó que "esta candidatura es un paso clave para proteger y lograr un mayor reconocimiento del vino como patrimonio cultural, seña de identidad de Rioja y elemento imprescindible en el desarrollo económico, social y cultural de la región vitivinícola".
Por su parte, Urgell señaló que "confiamos en que el próximo Gobierno Vasco se comprometa activamente con la candidatura a Patrimonio Mundial que, además de reconocer la excepcionalidad cultural del paisaje del vino y el viñedo de Rioja Alavesa y de La Rioja, servirá para apoyar su modelo de desarrollo y para proyectar en el ámbito internacional su extraordinaria riqueza cultural y su industria del vino". Sin embargo, reconoció que esta iniciativa no había sido negociada, ni consensuada, hasta ahora, con el PNV para su mantenimiento futuro.
En el texto del acuerdo se recoge que las comunidades autónomas de La Rioja y el País Vasco comparten elementos territoriales, históricos, económicos y culturales que facilitan la realización de proyectos conjuntos en beneficio de sus habitantes, permitiendo así conseguir un futuro de progreso y desarrollo. En este sentido, el paisaje cultural conformado por los espacios dedicados al cultivo del viñedo y a la elaboración del vino en una zona singular histórica, geográfica y culturalmente presenta un carácter claramente constitutivo y diferenciador de dicho territorio, análogo a otros paisajes culturales.